Los lazos entre Perú y España van más allá de la conquista en el siglo XVI, que fue el génesis o de la migración peruana a la península o del arribo de empresas españolas a nuestras costas, siempre hay un relacionamiento que nos motiva a que sigamos los acontecimientos económicos y políticos que ocurren en la península ibérica. Hoy vemos dos comportamientos gubernamentales que están en las antípodas, no por divergentes en la filosofía del manejo estatal, sino por la actitud de los equipos conductores.
España está en un momento muy difícil que ha llevado al gobierno del derechista Partido Popular (PP) a que aplique severas políticas de ajuste: incremento del impuesto a las ventas hasta 21%, incremento de la tasa impositiva a la renta de trabajadores autónomos hasta 19%, suspensión del pago del equivalente a nuestra gratificación en el mes de diciembre, establecimiento de copagos para tener acceso a los servicios de salud, entre otros. En esta avalancha antipopular y pro-banqueros, que no comparto y que afecta directamente a los ciudadanos, es destacable la postura del jefe de gobierno, Mariano Rajoy, que ha sabido soportar a píe firme conjuntamente con el equipo que lo acompaña, las críticas, marchas y paros de los afectados. Hay convicción sobre lo que está haciendo, quedando clarísimo que es parte de sus creencias.
En el caso peruano, sin haber llegado a aplicar ninguna medida de ajuste, porque no las necesitamos luego de cerca de 20 años de sacrificio ciudadano, la duda es la característica, quedando mal parado y falto de autoridad. Ejemplos sobran, detención y posterior liberación del alcalde de la provincia cusqueña de Espinar, el señor Mollohuanca y del ex sacerdote, Marco Arana, activista antiminero. Emisión de normas contra la minería informal para luego enmendarlas. Siempre la protesta callejera o mediática produce terror escénico al gobierno, que lo lleva a retroceder en el camino, perdiendo credibilidad y autoridad. Si esa es la característica, no cruce el Rubicón, para luego ir en reversa, convénzase de lo que va hacer antes de dar cualquier paso.
La credibilidad y capacidad de gestión está en tela de juicio, por ser dubitativo; aprenda del jefe de gobierno español, firme en su posición sin cambios.