Reinado del sexismo en ciertos medios

La imagen de la mujer fue convertida en un objeto sexual por el sistema de consumo, a través de ciertos medios de comunicación masiva, -la mala TV- con el silencio cómplice de las instituciones que deben velar por la ética y la moral pública. Así, el hombre disminuye el valor de la mujer, sin respetar que es una persona clave en la familia y la sociedad. Mientras el sexismo no toque a sus hijas, esposas y hermanas, todo está OK para el hombre. Las “calatitas” alzan el rating de los programas de la mala TV mientras algún broadcaster salta de alegría. Lo grave es que el fenómeno se extendió de las mujeres-objeto al sexo masculino y también al homo-sexo.

Para muestra un programa. Hace poco días en el Perú  el público televidente tuvo que espectar el tratamiento inmoral y abusivo del periodismo en un programa de TV que se emite a las once de la noche, respecto a un menor que había sido violado por su propio padre. La inefable reportera, que finalmente fue el  chivo expiatorio, cumplió con su encargo de formular preguntas al menor una y otra vez sobre la forma como había sido penetrado por su padre. Parece que algunos pensaban en sus sueldos que suben o bajan de acuerdo con el rating y no en el respeto a la opinión pública que consumió esta escalofriante  forma de hacer periodismo.

La actitud de la opinión pública ha sido pasiva y complaciente hasta el punto de haber diversos segmentos de teleaudiencia que prefieren estos programas que apelan a la pornografía con respecto a otros que consideran “aburridos”. Este es el círculo vicioso del emisor-mensaje-receptor. Si el canal difunde un programa educativo el receptor no lo prefiere, si el receptor no lo prefiere el canal ya no lo emitirá. La causa es el bajo rating que equivale a menores ganancias para los dueños, porque  los anunciadores prefieren “lo que le gusta  a la gente”.  Este hecho impide al medio de comunicación cumplir con su misión integral  de  informar, entretener y educar al televidente.

La situación disminuida de la mujer en la sociedad tiene antecedentes religioso-económicos. Occidente  heredó, en parte, la tradición judeocristiana, cuya tesis sobre la sexualidad tienen su origen en los preceptos del judaísmo y de la escuela del estoicismo que organizan el sistema sexual basándose en el matrimonio religioso como único espacio para ejercer una sexualidad, orientada exclusivamente a la reproducción. La mujer debe cuidar al esposo y los hijos, ser sumisa y cariñosa. El sexo debe ser usado para la procreación. Por su parte, el varón debe  ser proveedor, protector y padre. Su rol social debe desarrollarse en el ámbito público.

Frente a la violencia sistemática que el patriarcado ha provocado es urgente buscar la equidad y aprender a vivir en un Sistema incluyente, no violento y solidario. Sobre este tema, las mujeres han planteado demandas muy específicas: mejores condiciones laborales, derecho a la salud, derechos sexuales y reproductivos, prevención de la violencia y atención a las víctimas de la violencia y educación para la resolución de sus conflictos, entre otras. Detener la violencia extrema y proteger la vida de las mujeres es una constante demanda.

Las expresiones sexistas son aquellos que por su forma o fondo excluyen al género y tratan de cosificar a la mujer. Son formas sintácticas y gramaticales, estructuras, palabras que están presentes en refranes, cuentos, canciones, chistes, en el registro informal tanto como en el formal. No son percibidas porque se han naturalizado a tal punto que ya forman parte del lenguaje cotidiano o bien se ocultan detrás del tono sarcástico y humorístico del contexto cultural del mensaje.  La difusión a través de mensajes e imágenes estereotipados, refleja la  violencia contra la mujer en la mala TV.  Un “feminicidio”.

El rol promotor de los medios de comunicación es fundamental para llegar a la conciencia de los peruanos con nuevos conceptos sobre lo que significa  la mujer y el hombre del siglo XXI. Teun Van Dijk resaltó la importancia de la comunicación masiva como medios de socialización capaces de promover la equidad entre los géneros: “La mayor parte de nuestro conocimiento social y político, así como nuestras creencias sobre el mundo, emanan de las decenas de informaciones que leemos o escuchamos a diario”. Es la cultura de la prensa.

La televisión, tiene el poder para impulsar la inclusión social de las mujeres y apoyar un tratamiento más justo de los intereses de los géneros. Debe  difundir las  dimensiones más significativas de la vida de las mujeres, excluyendo las relaciones de dominación o subordinación al hombre, reconociendo su protagonismo en los procesos sociales. Medios de comunicación, sociedad y Estado en defensa de la buena TV. Hagamos lo posible por cambiar esta fatalidad que expresó el director de cine italiano, Federico Fellini: “La televisión es el espejo donde se refleja la derrota de todo nuestro sistema cultural”.