#Yosoy132

El nombre #Yosoy132 se utiliza cada vez más para identificar un movimiento político mucho más amplio que el original. No es ya un pequeño grupo de estudiantes de la Universidad Iberoamericana que protestó porque un dirigente del PRI los consideró manipulados. El movimiento, compuesto ahora mayoritariamente por estudiantes de otras universidades, ha sido tomado como bandera por muchos otros grupos de presión política.

En parte esto es consecuencia de que el nombre #Yosoy132 tiene una imagen pública menos deteriorada que muchos otros grupos que participaron en la Convención Nacional contra la Imposición, como la CNTE, el SME o el Frente por la Defensa de la Tierra de San Salvador Atenco. El #Yosoy132 ha buscado mantener una posición separada y apartidista.

Las marchas que se llevaron a cabo ayer en distintos lugares del país, sin embargo, fueron realizadas por las mismas organizaciones que viven desde hace años de hacer movilizaciones contra el gobierno. El #Yosoy132 fue sólo uno de cientos. Y, sin embargo, de alguna manera todo el esfuerzo quedó encuadrado bajo la bandera de este grupo estudiantil. Las marchas parecen más limpias, más puras, cuando se presentan bajo el rostro amable del 132.

Al final, sin embargo, la agenda del movimiento la está estableciendo Andrés Manuel López Obrador. Si bien el grupo insiste en que es apartidista, desde un principio su objetivo fue cuestionar la candidatura de Peña Nieto e indirectamente apoyar la de López Obrador. El candidato de la izquierda siempre le ha establecido la agenda: las televisoras, las encuestadoras, el complot de los poderosos contra el único candidato honesto.

El #Yosoy132 siguió a López Obrador cuando éste desconoció los resultados del contero rápido y del PREP, y cuando pidió el recuento voto por voto. El candidato ha vuelto a fijar la agenda al señalar que el verdadero problema de la elección no se dio en el PREP o en los centros de votación sino en una compra masiva de sufragios.

¿Cuál será el futuro del #Yosoy132? Mucho dependerá del proceso de impugnación de la elección. Si el Tribunal Electoral declara la invalidez de la elección, esto sería considerado un triunfo monumental para el #Yosoy132, que pasará a ser identificado como una rebelión juvenil que derrocó un orden político corrupto como ocurrió en Túnez o en Egipto.

Pero si el Tribunal ratifica el triunfo de Peña Nieto, no desaparecerá la influencia del #Yosoy132. Éste seguirá acercándose a López Obrador y lo apoyará con movilizaciones para impedir las reformas estructurales. Para López Obrador será muy conveniente tener a un grupo que dice ser apartidista pero que lo apoya en todo lo que hace.

Sin embargo, con el paso del tiempo, y sobre todo si el movimiento sigue siendo incondicional de López Obrador, será más difícil mantener la imagen de apartidismo. El #Yosoy132, que sin duda estará formado por jóvenes distintos a los 132 originales de la Ibero, se convertirá en uno más de esas centenares de organizaciones que ya gravitan en torno a los partidos de izquierda y que realizan constantemente manifestaciones y plantones.

Del movimiento, por otra parte, surgirán seguramente algunos de los futuros líderes de la izquierda. Así como el movimiento de ’68 nutrió durante años a la izquierda, y los líderes de las rebeliones contra el pago de colegiaturas en la UNAM en los años ochenta y noventa pasaron a formar parte de los partidos de la izquierda, como Martí Batres y Carlos Imaz, este nuevo movimiento será también veta de políticos. Quizá los del 132 no se dan cuenta, pero son parte de una realidad cíclica de la historia mexicana.

Venta de armas

James Holmes, el asesino de Aurora, pudo comprar armas para su matanza gracias a la laxa política de venta en Estados Unidos. Pero en México las tasas de homicidios son muy superiores, a pesar de que está muy restringida la venta de armas.

Nota publicada en diario.com.mx.