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REDES SOCIALES
Lunes 23 de julio 2012

Actos contrarios a la ética del periodista

Por: Eudoro Terrones Negrete.
Actos contrarios a la ética del periodista
Foto: Medios

“No sobreviviremos en el siglo XXI con la ética del siglo XX” / Rushworth Kidder

“Ninguno debería escribir como periodista aquello que no podría decir como caballero” / Walter Williams

Son actos contrarios a la ética del periodista:

Aceptar el soborno, el cohecho y la extorsión para inflar o desinflar la noticia, el comentario o la crítica.

Aceptar honorarios o haberes inferiores a los mínimos establecidos por las leyes en vigencia.

Aceptar que se modifique unilateralmente el sentido o la naturaleza de su material informativo.

Acusar o denunciar a personas, autoridades, funcionarios o empleados sin fundamento ni pruebas suficientes.

Actuar como un crítico destructivo de los sectores de la sociedad y en contra del dictado de su propia conciencia.

Amenazar, extorsionar u ofrecer favores para obtener informaciones.

Ampararse en el anonimato y hacer uso incorrecto del seudónimo que no permite la identidad del periodista responsable de su información, artículo y columna.

Callar ante toda forma de monopolio y oligopolio en los medios de comunicación y ante todo régimen o autoridad que viole los principios del Estado de derecho, de la libertad, igualdad, inclusión y justicia social.

Contribuir al debilitamiento del gremio periodístico, de los medios de comunicación y a que se cometan injusticias con los periodistas.

Cometer delitos contra el honor de las personas e instituciones (injuria, calumnia y difamación).

Dar credibilidad a rumores, trascendidos o conjeturas infundadas y difundirlos por algún medio.

Dar un tratamiento noticioso preferencial a sus anunciantes y a grupos especiales de interés, grupos de poder económico y político y grupos de presión.

Deformar, falsear, alterar, tergiversar o elaborar material informativo impreso o audiovisual, cuya divulgación resulte denigrante y humillante para la condición de la persona humana.

Dejarse manipular por fuerzas externas a los medios o por el Estado para informar sólo lo que les conviene.

Delatar, murmurar, adular y denigrar a los periodistas y a medios de comunicación de la competencia, con fines subalternos, innobles o indignos.

Delatar a un perseguido, al cual ha tenido acceso mediante el ejercicio del periodismo.

Desamparar a los periodistas que sufren persecución, exilio, carcelería o injusticia por razones de su filiación político-partidaria y/o religión que profesa.

Desarrollar campañas psicosociales para distraer la atención de la opinión pública de sus reales intereses.

Difundir imágenes sobre crímenes o accidentes sin la debida consideración a las víctimas y a sus familiares.

Difundir la identidad de menores de edad cuando aparezcan como víctimas de suicidio, tortura, secuestro, agresión sexual, o como testigos o inculpados en causas criminales.

Difundir informaciones secretas militares o reservadas por el Estado, que afecten el bien común, la seguridad nacional, el orden público y la paz social.

Difundir normas jurídicas que lesionen la libertad de expresión e información.

Difundir documentos fraguados, o alterados en su contenido y realidad, imágenes privadas, documentos confidenciales o conversaciones privadas que fueron grabadas sin consentimiento de la persona afectada.

Discriminar y marginar a las personas por su raza, credo, condición social, orientación sexual, nivel económico, profesión,  nacionalidad o discapacidad.

Distorsionar la información, para que personas involucradas de alto rango no se vean afectadas.

Elaborar textos e ilustraciones apócrifas o montajes audiovisuales orientados a dañar la fe pública.

Emplear lenguaje soez o despectivo y que pudiera ser ofensivo para las personas.

Escribir y difundir artículos o comentarios periodísticos a favor de las debilidades humanas o la degradación de las personas.

Escribir sobre acciones o valores en los que tenga un interés financiero propio o un interés de de sus familiares.

Exaltar inmerecidamente a personas, funcionarios y autoridades de empresas públicas y privadas, con fines subalternos.

Explotar la morbosidad de las personas despertando la curiosidad malsana a través de fotos sangrientas, vedetes, uso de jergas, entre otros.

Falsear su identidad haciéndose pasar por abogado, policía,  inspector, fiscal o magistrado.

Firmar peticiones públicas de las que se pueda concluir la parcialidad en la visión de prensa de su país y de los periodistas.

Fotografiar a personas en propiedad privada y sin su consentimiento,

Incurrir en delito doloso que motive la condena judicial  y asumir la defensa de conductas violentas,  antisociales o criminales.

Incumplir las promesas de reserva que se hicieran a las fuentes informativas confidenciales.

Incurrir en conflictos de interés derivados de sus relaciones personales o profesionales o del desarrollo de actividades propias que comprometan su independencia de criterio periodístico.

Inducir a otros periodistas a contravenir el Código de Ética Periodística del gremio al que pertenece.

Influir en las decisiones y sentencias de los magistrados sobre determinados casos judiciales.

Inmiscuirse en la vida privada de la familia del personaje que está en proceso de investigación por supuestos delitos cometidos en agravio del Estado, de instituciones o de otras personas.

Malinterpretar la línea editorial y política informativa del medio de comunicación en el que trabaja.

Manipular la información, el comentario, la crítica, las imágenes o los sonidos.

Negociar acciones o valores sobre los que tenga intención de escribir ulteriormente.

No guardar el debido respeto a los símbolos patrios y  a la memoria de los héroes y próceres nacionales.

No informar ni denunciar los hechos que generen contaminación y destrucción ambiental en diversos ámbitos del país.

No respetar ni promover los valores que sustentan a la democracia, tales como la libertad, la igualdad, la solidaridad, la tolerancia, la responsabilidad social y la justicia.

Omitir voluntariamente la difusión de informaciones relevantes de interés colectivo por razones políticas e intereses inconfesables o deformarlas deliberadamente.

Ordenar o alentar acciones que fuercen a funcionarios, empleados o trabajadores a hacer algo ilegal y antiético.

Participar en la represión a los periodistas, trabajadores de la información y medios de prensa.

Participar o ser cómplice en la violación a los derechos humanos.

Participar en actividades que comprometan su integridad  profesional e independencia de criterio.

Permanecer en la propiedad privada de una persona después de que se le ha pedido que se retire.

Permitir que, sin justificación alguna, el propietario o el director del medio cambie el sentido del material informativo elaborado y entregado por el periodista bajo su firma.

Persistir en telefonear, seguir o preguntar a individuos, luego de que se les ha pedido que se detengan.

Plagiar o faltar el respeto a la propiedad intelectual.

Practicar el “periodismo de chequera”.

Prestar su nombre con el fin de amparar publicaciones y programas audiovisuales en las que no tenga efectiva participación profesional.

Prejuzgar las decisiones de los tribunales de justicia y tratar de influir en ellos con relatos tendenciosos.

Presentar hechos ficticios, irreales, rumores y anónimos como noticias verdaderas.

Presentar a las personas sospechosas como culpables antes del dictamen del poder judicial.

Producir pánico financiero y alarma pública, a través de un medio de comunicación.

Publicar como noticia de interés público, lo que por su naturaleza es sólo material publicitario.

Publicar datos o informaciones que no hayan sido confirmadas por fuentes fidedignas.

Publicar fotografías tomadas de revistas y otros periódicos sin contar con la autorización expresa.

Publicar informaciones o comentarios que inciten a la violencia, al crimen, a la rebelión o a la guerra.

Publicar informaciones sobre la reserva del sumario en asuntos judiciales.

Publicar por adelantado el material informativo que le fue suministrado para su publicación en una fecha y hora previamente convenidas.

Publicar imágenes de personajes en actividades o actos calificados de estrictamente privados.

Publicar opiniones que discriminen por razones de religión, raza, sexo, estado civil, afiliación política, profesión, condición social y económica,  nacionalidad o discapacidad física.

Publicar declaraciones o datos proporcionados por las fuentes y que fueron advertidos explícitamente de que servirían sólo de antecedentes para la labor periodística y no para su publicación.

Publicar calumnias, difamaciones y ataques personales, en los textos informativos y en las inserciones pagadas.

Realizar apología de la violencia y apología de la ilegalidad a través de los medios.

Realizar la interceptación telefónica, la violación de correspondencia o el uso de cámaras ocultas.

Realizar actividades de publicidad y de relaciones públicas simultáneamente con el periodismo.

Recibir dinero de personas e instituciones para ocultar la verdad de los hechos, suprimirla o publicarla.

Recomendar, influir en la contratación o permitir el ejercicio del periodismo a personas que no estén habilitadas para ello.

Recurrir a subterfugios (utilizar identidades falsas, usar cámara o micrófonos ocultos, etc.) para la obtención de informaciones o declaraciones.

Remunerar a personas o autoridades que tengan un interés creado en la historia reportada.

Revelar asuntos de carácter reservado del medio de comunicación en el que labora el periodista, tales como fuentes, informaciones, datos y referencias.

Servirse del público y no servir al público.

Ser desleal con su Alma Máter, profesión, empresa o medio de comunicación en el que presta sus servicios.

Usar un lenguaje o tono irrespetuoso y ofensivo en los debates, críticas o polémicas periodísticas.

Utilizar la profesión de periodista para obtener ventajas, prerrogativas, beneficios personales o  favorecer a terceros.

Utilizar en provecho propio informaciones privilegiadas obtenidas en forma confidencial.

Utilizar imágenes de personas que atenten contra su dignidad, prestigio, popularidad o buen nombre y las conviertan en productos mercantiles.

Utilizar, de manera intencional o premeditada, informaciones, declaraciones, fotografías, efectos de sonido y documentos falsos.

Utilizar métodos deshonestos e ilícitos para obtener informaciones, declaraciones, fotografías o documentos.

Utilizar la informática y la telemática para introducir cambios substanciales y dolosos en el contenido del material periodístico de un periodista, sin la autorización del autor.

Vender publicidad como parte de la retribución del periodista por su trabajo profesional.


[1] Exposición realizada por Eudoro Terrones Negrete en el seminario LA ÉTICA Y LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN EN EL PERÚ, el 7 de julio de 2012, organizado por la Escuela de Periodismo de la Universidad Jaime Bausate y Meza y el Colegio de Periodistas de Lima.

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