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REDES SOCIALES
Martes 24 de julio 2012

El chip de la ineptitud e ignominia

Por: Miguel Bahachille M.
El chip de la ineptitud e ignominia
Foto: Referencial

Ante la traba institucional del régimen cubano para cumplir con sus deberes cívicos, el régimen comunista, además de estructurar un feroz sistema de represión, ha instituido una especie de cartapacio (Libreta de Racionamiento) en la que cada persona debe registrar los consumos de uso cotidiano como alimentos, pasta dental, jabón, toallas, papel higiénico, etc. La rutina restrictiva supervisada por los llamados "Comités de Defensa de la Revolución" encajados en cada cuadra hace que los controles sean más efectivos. ¿Qué tiene que ver eso con el chip zuliano?

En Venezuela aún no existe de manera explícita la Libreta de Racionamiento a la cubana pues la merma del consumo ocurre sobre todo entre los pobres por efectos de la indetenible inflación. Sin embargo la instalación obligatoria de un artefacto en cada vehículo para controlar el consumo de gasolina en el estado Zulia, con la amenaza de extenderse a otros 15 estados, es lo más parecido al inicio de un sistema de control compulsivo pero por vía electrónica. Como no han sido suficiente 14 años para contener el contrabando del combustible en el que están incursos evidentes factores de corrupción, esta jefatura infecunda recurre al chip sin importar el quebranto que ocasiona a los pueblos de la región. El medidor de electricidad fue la primera inspiración de control revolucionario para fichar y multar al ciudadano. ¡No es ineptitud oficial para generar energía sino el desatino derrochador de los inconscientes!

La sintomatología de ineptitud ya había sido advertida en otros ámbitos: el de los Pranes. Como la flamante ministro para Asuntos Penitenciarios no pudo contener la mortandad generada por reclusos, dentro y fuera de los penales, implementó un sistema de tolerancia, tipo chip, para liberar a peligrosos delincuentes que, como ya se percibe, están engrosando los índices de criminalidad en todo el país. No importa que ello ocurra en menoscabo de todos los demás. Basta revisar la pasmosa cifra de 9.510 asesinatos (53 diarios) en lo que va de año para corroborarlo.

Ante la proliferación de armas de fuego en manos de delincuentes, al régimen no se le ocurre otra idea que proclamar un decreto de desarme, prototipo chip, contra ciudadanos honestos que han obtenido sus permisos cumpliendo con los requisitos de ley como por ejemplo el examen psicotécnico emitido por profesionales autorizados. ¿Cree la autoridad que el facineroso irá voluntariamente, debidamente ataviado, a una oficina pública para entregar sus armas ganadas con esfuerzo mediante la corrupción o por actos delictivos?

Otros ámbitos, como la salud publica, están afectados por el mismo síndrome. El régimen se percibe incompetente para mantener en buen estado la red hospitalaria del país, única con experiencia y capacidad para prestar atención integral. En sustitución recurre al millonario y trunco programa de atención primaria llamado Barrio Adentro, regentado por prácticos cubanos. Aunque ese esquema improvisado esté hoy arruinado y desprestigiado, se siguen negando recursos a instituciones de excelencia, como el Hospital Vargas, que lleva 7 años restaurándose y sucumbiendo en el ocaso. ¿También le pondrán un chip a cada hospital?

El síndrome de ineptitud más extendido se percibe en el terrible plan de Vivienda Socialista aupado más por demagogia que por dotar a los pobres de hogares dignos. El régimen a la brava se burla de normas y requisitos exigidos por los municipios y la administración central, como la Ley de Ordenación Urbanística obligatoria para todo promotor privado. Se avista cómo a los lados de las vías más transitadas, como la Avenida Libertador de Caracas, se desarrollan estructuras que trasgreden la ley obviando la factibilidad de servicios como estacionamientos, agua y electricidad. En su defecto, se recurre a solares aislados como Ciudad Caribia para levantar módulos cuyas paredes vuelan con el viento. ¿Chips con eso?

Así pues, el chip de la ignominia viene cimentado en la mente de burócratas ineficaces que derrochan el dinero provenido de la riqueza petrolera mientras la población se empobrece y padece de los caprichos estrepitosos del jefe. ¡Basta ya de experimentos y todos a votar en octubre! (El Universal)

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