La matanza en el estreno de Batman

Ya conocemos la penosa historia. Un tipo en Colorado, Estados Unidos, en el estreno de la nueva cinta de Batman, a balazos asesinó a más de una decena de personas e hirió a muchos más.

Un suceso vergonzoso, que consternó a la opinión pública mundial, por supuesto la mexicana incluida.

Un pasaje que acabó con muchas vidas, como desafortunadamente sucede frecuentemente en nuestro país, con circunstancias, por supuesto distintas, pero con las mismas consecuencias. Mediáticamente esto llama más la atención de lo que pasa cada semana en nuestro país.

“El asesino de Batman” consiguió lo que posiblemente buscaba… cierta fama, llamar la atención, salir del anonimato, “ser alguien”. Algo tristemente común.

No tengo duda de que este tipo de historias se dieran con mucha menor frecuencia si no se diera a conocer al responsable, si el asesino quedara en el anonimato. Pero informativamente es quizás imposible evitar dar a conocer al responsable. Una polémica ya en muchas veces discutida sin éxito.

No hay manera de justificar a este tipo, ninguna. Pero vale la pena reflexionar en relación a lo que representa el querer “ser alguien”, sea como sea en la vida.

Las sociedades occidentales contemporáneas hemos creado una penosa idea de que el valor de una persona radica en su poder, en lo que tiene, en el cómo lo ven los demás, en el si es conocido o no. Parece que el que tiene una vida ordenada, productiva, pero discreta, no importa, no es nadie.

Se tiene que salir en la televisión, en las revistas, en la radio, en los periódicos… la gente que es popular recibe un trato preferencial, en todas partes. Un reflejo del materialismo mismo. El pasar completamente desapercibido duele, y mucho.

El éxito se mide con “el aplauso”, con “los reflectores”. No encontramos la realización en donde debe de estar, que es en el cariño, en el amor que nos ganamos por nuestros seres queridos. Parece ser también que la tranquilidad espiritual no vale nada.

Estamos bombardeados por mensajes, en todas partes, que nos dicen cómo ser felices, cómo obtener el éxito, cómo pedirle al universo para que nos dé lo que queramos. La mayoría de estos mensajes tienen que ver con logros profesionales, o con la obtención de bienes materiales.

No nos basta con tener una familia amorosa, un grupo de sensacionales amigos, una conciencia tranquila, una fe llena de paz; necesitamos algo más que tenga que ver con el éxito a los ojos de los demás.

¿Qué es lo que en realidad vale la pena?, ¿con qué nos quedaremos en nuestros últimos días? (Con información del diario La Crónica).