¿Inequidad o generación de riqueza?

¿Qué es más importante? Debatir sobre ¿cómo despojamos a los ricos de la calidad de vida que legítimamente han alcanzado? o debatir sobre ¿cómo propiciar las condiciones para que más peruanos puedan generar su propia riqueza y eliminar la pobreza extrema y la pobreza que aún persiste en el país?

Cuando leemos artículos que presentan informes sobre inequidad, los primeros cuestionamientos que debemos formularnos son: Si bien es cierto que existe inequidad en la sociedad, ¿la forma de resolverla será faltando al sétimo mandamiento de la ley de Dios, es decir, robando?

El debate central en el país no puede ser la inequidad por la sencilla razón de que ésta no se resuelve empobreciendo a todos los ciudadanos para alcanzar la ansiada “justicia social redistributiva”. El gran aporte desde las ciencias sociales, y particularmente desde la ciencia económica, tiene que estar en cómo generar más riqueza; por eso, cuando algunos pretenden justificar el robo, enmascarándolo de opción política, hay que denunciarlo y hacerle frente.

Es cierto que en Moquegua, así como en otras regiones del país, hay actividades económicas que generan un mayor ingreso per cápita a quienes participan de ellas, pero eso no les resta mérito; todo lo contrario, es una simple opción de leer un cuadro estadístico. Con el mismo criterio, invirtiendo el cuadro, se podría decir que un número menor de personas genera una contribución muy por encima del promedio regional. Eso no los hace ni más ni menos ciudadanos, pero, por sobre todo, eso no resuelve el problema de la pobreza.

Otra vez el debate y el estudio sobre las inequidades en el país resultan irrelevantes y terminan propiciando la frustración entre la juventud estudiosa y, por consiguiente, la preparación psicológica del estudiantado para justificar el “salto a la violencia”.

El hecho de que Moquegua se haya convertido en una región modelo, capaz de alcanzar acuerdos con el capital foráneo, no solo demuestra la visión prospectiva de sus líderes, quienes son conscientes de que deben emplear su potencialidad geológica para alcanzar mayores niveles de Bienestar y Desarrollo para su población y que deben negociar con la inversión para lograr beneficios, pero sin llegar al extremo que imposibiliten la ejecución de cualquier emprendimiento, tal como en la práctica está sucediendo en otra región del país.

En términos generales, el sur andino es una de las regiones más pobres del país, su infraestructura física y de comunicaciones es una de las menos desarrolladas, lo que hace indispensable contar con una región “ancla” que atraiga la inversión y que justifique y garantice la construcción de una planta petroquímica, así como el ramal sur del gasoducto. Afortunadamente, Moquegua es una región minera desde 1976, con el desarrollo de la mina Cuajone en la provincia de Mariscal Nieto y de la metalurgia en la provincia de Ilo, ambas de la compañía minera Southern Perú.

De las tres provincias de la región Moquegua, Mariscal Nieto es la que goza de mayor esperanza de vida, y la segunda a nivel nacional –después de Ilo- con el mayor nivel de Escolaridad y dentro del 15% de las regiones con mayor Logro Educativo en el país. ¿Qué demuestra esto?, que el denominado impacto ambiental y social de la actividad minera no ha mermado ni la esperanza de vida ni la potencialidad de su juventud; todo lo contrario, la ha impulsado a niveles cada vez más destacados.

Moquegua, además del anunciado desarrollo del proyecto cuprífero Quellaveco, tiene previsto la ejecución de Los Calatos, la ampliación de la mina Cuajone, todo ello en el distrito de Torata; Aruntani en Carumas, todos ellos en la provincia de Mariscal Nieto y; las futuras expansiones de la fundición y refinería en Ilo, así como la explotación del yacimiento Chucapaca (Ichuña) y el aporte de la que se encuentra en producción como Pampas del Cobre (Omate), las dos últimas pertenecientes a la provincia General Sánchez Cerro, precisamente la de menor desarrollo relativo. Por otro lado, el volcán Ubinas, ubicado en el distrito del mismo nombre (Sánchez Cerro), posibilita la obtención de energía renovable a partir del aprovechamiento de la geotermia, además de la energía solar por la intensidad con que se presenta en la zona; y los baños termales en Omate, forman parte de otros atractivos de su territorio y su herencia cultural aún no lo suficientemente difundida.

Moquegua ciudad también dará un paso importante en el procesamiento ecológico de sus residuos sólidos. Tiene prevista la edificación de una planta que emplea tecnología alemana, que permite procesar sus desechos urbanos para obtener diesel de alto octanaje, el cual podrá ser empleado tanto por las municipalidades locales, como por los vehículos de transporte público y privado, así como por las industrias locales que requieran de ese combustible.

Moquegua contará con suficientes recursos para construir y consolidar grandes obras de infraestructura hidráulica, como la II etapa de Pasto Grande, que garantizará el flujo adecuado y continuo de agua para el desarrollo de la agricultura y ganadería local; así como la construcción de carreteras asfaltadas que integren las tres provincias (Moquegua-Omate) y vías férreas que permitan dinamizar aún más su economía, propiciando el desarrollo, atrayendo el turismo cultural y gastronómico a sus sitios de interés y mejorando aún más la calidad de vida de la que ya se disfruta en el cálido y soleado valle moqueguano.

Que la controversia con los agricultores de Arequipa se convierta en una oportunidad para ambas regiones, el aprovechamiento industrial de las naturalmente contaminadas aguas del río Titire (que contienen azufre y boro, metaloides propios de las zonas volcánicas) hará que en adelante las aguas del río Tambo discurran sin el impacto de este afluente.

Ojalá que Moquegua siga siendo el ejemplo para el sur andino y el Perú, que su juventud demande instituciones educativas de calidad, allí donde el debate sea cómo mejoramos la calidad de vida de los que menos tienen sin arrebatarle nada a quienes han avanzado unos escalones en la siempre difícil y tormentosa carrera de la vida.

Como vemos, discutir sobre la inequidad paraliza, no nos lleva a reflexionar sobre la oportunidad que genera el desarrollo de grandes proyectos de inversión. La ejecución de los mismos contribuirá a que la provincia de Sánchez Cerro, con una población de aproximadamente 25 mil personas, se vea grandemente beneficiada, acortando la brecha de la inequidad entre las otras dos provincias; adicionalmente, aportará al fortalecimiento de la institucionalidad de los gobiernos locales y regional, así como del Estado Nacional.

Moquegua va a ser el emblema del Progreso, Bienestar y Desarrollo del sur peruano. En este aniversario Patrio queremos reiterar nuestro compromiso con Moquegua y con el Perú.