Sincerando el discurso gaseoso para macroregión sur

Ante mensajes cifrados, es necesario una declasificación de la información, para el conocimiento ciudadano, así reza  el lenguaje de la Central de Inteligencia (CIA) americana. Y eso es lo que ha hecho ayer el titular de la cartera de energía y minas, Jorge Merino, con  su incursión mediática reciente, para desentrañar el contenido del mensaje presidencial respecto al tema del trajinado sin haber nacido, gasoducto sur.

Oportuna salida a medios, aunque todavía deja dudas sobre ciertos planteamientos, pero en lo medular, ha quedado claro que la aspiración de la empresa Kuntur, de propiedad de la brasileña Odebretch ha sido desairada y desestimada.

Soy un crítico del gobierno desde el inicio, mis razones he expuesto públicamente; pero si hay algo que reconocer es la firmeza exhibida  en la posición gubernamental, léase: funcionarios de Osinergmin, ministro de energía y minas, funcionarios de economía y finanzas y su titular, funcionarios de Cofide, pareja de gobierno y paramos de contar, no me falta ni me sobra nadie; sobre la negativa para que se use dispendiosamente fondos públicos para financiar un megaproyecto a cargo de una empresa privada como es Kuntur. Los directivos y funcionarios de Petroperú se pusieron de perfil y al menos que se sepa públicamente nunca se leyó o escuchó siquiera una sugerencia para detener este despropósito lesivo al estado peruano.

Ha quedado claro que el esquema es construir un gasoducto y ducto de líquidos entre Malvinas y Chiquintirca, con una derivación de gasoducto a Kepashiato y de allí a Quillabamba. Se seleccionará un ganador por concurso, el que se convertirá en concesionario, que será  aquel inversionista-constructor-operador que lo haga con sus recursos  al menor costo posible y que una vez que el proyecto haya sido culminado y puesto en servicio, reciba una compensación periódica del estado que permita recuperar inversiones hundidas. Comparto plenamente el concepto y no les regateo una felicitación.

Esta decisión ha venido acompañada de un proyecto de ley para llevar el preciado energético producido en Camisea, a toda el centro-sur andino, ya sea como gas natural licuefactado en pequeños volúmenes (micro LNG) o como gas natural comprimido (GNC); con lo cual se garantizará  suministro a: Huancayo, Huancavelica, Ayacucho, Apurímac, Cusco y Puno. Me parece racional y oportuna la medida.

Sin embargo en los anuncios ministeriales veo un sentimiento culposo con las regiones de: Arequipa, Moquegua y Tacna, que dado que el gasoducto proyectado por Kuntur, difícilmente se construirá, salvo que decidan realizarlo con los recursos de la empresa o de su propietaria Odebretch, por tanto hay casi la certeza que no tendrán gas por ductos. A ellos se les ha ofrecido un etanoducto entre Pisco e Ilo. Adicionalmente a los que aún creen en el mensaje nacionalista del Humalismo primigenio, se le ha prometido que Petroperú será el concesionario de los ductos. Y para que todo suene a creíble, el ministro Merino ha dicho que el etanoducto será entregado en concesión en la misma licitación en la que se seleccionará al consorcio que desarrolle los ductos en la zona de selva cusqueña.

Discrepo absolutamente con las tres afirmaciones. Para no quedar mal con las regiones mencionadas, basta con estructurar una actividad empresarial como la que se ha propuesto para el centro-sur andino, con lo que al cabo de seis meses de seleccionar un ganador por  concurso, toda la macrorregión sur sin excepción podrá contar con gas natural. El compromiso del etanoducto es innecesario y oneroso y desalentará a los interesados en participar, pues en este caso estamos hablando de una inversión tan igual que el de la selva sur, que ascenderá a 1,000 millones de dólares. Es una perogrullada afirmar que si el etano se separa del gas natural en Pisco o Melchorita, no hay razón alguna para llevárselo a la costa sur.

Mención aparte merece el propósito de involucrar a Petroperú en estos emprendimientos, bajo el argumento de fortalecer la empresa. ¿Acaso se engrandece una empresa haciéndola participar como un agente pasivo sin mayor poder de decisión, dado que no podrá aportar capital? La respuesta es no, desgaste inútil, que en vez de favorecerla la perjudicará. Preferible es que termine de cerrar el proyecto de modernización de Talara, pésimamente conducido por el presente directorio, que en un año de gestión lo único que ha conseguido es un estructurador financiero, que no es otra cosa un buscador de recursos, sin garantía que los va obtener.  

Señor ministro no borre con la mano izquierda, lo bien que ha hecho con la derecha y enmiende estos tres puntos que le hago alusión, la racionalidad económica es obvia.