Estados Unidos y la supremacía tecnológica

Hasta hace poco tiempo Estados Unidos disfrutaba de una superioridad tecnológica indiscutida. Todavía la mantiene en varias áreas estratégicas como el software, la biotecnología y la computación. Sin embargo, hoy comparte con Asia y Europa su liderazgo en materia aeroespacial y satelital al tiempo que ha quedado rezagado en robótica, tecnología nuclear, energía limpia, chips de memoria, trenes de alta velocidad, pantallas planas, etc. Incluso en computación su primacía se encuentra bajo ataque por parte de China y Japón. De acuerdo a un estudio sobre competitividad tecnológica realizado por el Georgia Institute of Technolgy en 2008, no pasará mucho tiempo antes de que China sobrepase a EEUU en capacidad crítica para desarrollar ciencia y tecnología y para transformar dichos desarrollos en productos y servicios mercadeables. Varias razones podrían explicar este declive.

El financiamiento oficial para ciencia y tecnología se ha mantenido constante en términos reales desde 1995, lo cual ha hecho que la carga radique cada vez más en el sector privado. Este último se divide en dos grupos básicos: el mundo corporativo y el financiamiento de riesgo. El primero se asienta en la investigación y desarrollo que realizan las compañías consolidadas, mientras que el segundo responde al capital que se reúne para apoyar a las empresas tecnológicas nacientes (fuente original de la mayoría de las de Sillicon Valley). Mientras parte importante de los desarrollos tecnológicos del primer grupo han sido transferidos a China como precondición de acceso a ese mercado, la disponibilidad financiera del segundo ha disminuido drásticamente desde la crisis de la "Nueva Economía" a comienzos de milenio. El financiamiento de riesgo en Sillicon Valley, que alcanzó 200 millardos de dólares en el 2000, no supera los 20 millardos al año desde hace tiempo.

A su vez desde la crisis de la "Nueva Economía", EEUU ha evidenciado un éxodo importante de su plantel extranjero en el área de la tecnología de la información. En sentido inverso es muy poco el talento tecnológico foráneo que ha ingresado al país, como resultado de las restricciones post 11 de septiembre a la visa de trabajo H1B para profesional altamente calificado. A pesar de que el 70% de los doctorados en ciencia que confieren las universidades norteamericanas va a extranjeros, sólo una mínima parte permanece en EEUU. Valga agregar que la mayoría del talento autóctono se dirige hacia las finanzas y no a la ciencia y tecnología.

Aunque las grandes universidades norteamericanas se encuentran entre las mejores del mundo (siete de las diez primeras de acuerdo a Times Higher Education), su sistema educativo se halla en crisis profunda. En apenas una generación la proporción de su población estudiantil con acceso a títulos universitarios pasó del primer lugar mundial al décimo segundo. Más de un cuarto de sus estudiantes de bachillerato y un tercio de sus estudiantes universitarios no finalizan sus estudios. De acuerdo a la última prueba mundial Prisa de la OCDE, los estudiantes estadounidenses (que representaban al 10% más talentoso del país) se situaron en el puesto número 32 en matemáticas. (El Universal)