Una reflexión económica sobre el seguro oncológico gratuito

Muchos principios económicos son tan sencillos conceptualmente que parecen obvios. Pero lo que no suele ser ni sencillo ni obvio son sus implicancias. Entender las implicancias de los principios económicos es importante, particularmente en la formulación de política pública en materia económica o social, para reducir las brechas—por demás costosas--entre los objetivos y los resultados. A lo largo de la historia económica del hombre, hemos sufrido enormes desastres sociales precisamente por malentender los principios básicos de la economía y sus implicancias.

Todos los economistas sabemos que cuando el precio de un producto sube, su cantidad demandada tiende a bajar y cuando su precio baja ésta tiende a subir. Este principio económico es básico y familiar. Sin embargo, mucha gente no entiende sus implicancias. Justamente una consecuencia de esto es la inviabilidad económica de los servicios de salud del Estado. La prestación de estos servicios cada vez cuesta más en términos de horas-médico, uso de hospitales y equipos, cantidad de medicinas, seguros, etc. Estos servicios se formulan inicialmente en términos de costos y proyecciones de financiamiento que rápidamente pierden vigencia. Ello ocurre porque se opta por subsidiar o –lo que es peor– por prestar estos servicios gratuitamente. En la medida en que estos servicios se presten sin mayor costo para los usuarios o sin costo alguno, se usarán mucho más y sin recato ni reparo, lo que conllevará significativamente a mayores costos y gastos innecesarios.

En su segundo discurso anual, el Presidente Humala anunció varias medidas para mejorar el acceso a los servicios de salud. Propuso fortalecer la atención primaria de la salud –para lo que invertiría alrededor de S/. 4,000 millones– y financiar la atención a enfermedades oncológicas o de alto costo– para lo que propuso, por un lado, un seguro oncológico gratuito y, por otro, el uso del Fondo Intangible Solidario del Seguro Integral de Salud. Reveló, paralelamente, que en el próximo presupuesto incorporaría incentivos remunerativos y profesionales para especialistas que opten por dotar de capital humano a los establecimientos de salud más apartados.

Nadie se opone a que tengamos mejores servicios de salud. Pero en lo que sí debemos reparar es en la forma de acceder a dichos servicios. Las medidas propuestas son bienintencionadas pero económicamente imprudentes justamente por las implicancias del principio económico antes puntualizado.

Milton Friedman (1912-2006) resaltó que uno de los errores más grandes consiste en evaluar las medidas en términos de sus objetivos y no en términos de sus resultados. Enfocarse sólo en resultados nos permite evaluar la viabilidad de toda medida en términos de los incentivos que genera. Si aceptamos que –como dijera Friedman– “nada es tan permanente como un programa temporal del gobierno” y optamos –como lo sugiere Thomas Sowell– por examinar la evidencia empírica de lo que ocurre bajo los incentivos que este tipo de medidas populistas han generado históricamente, concluiríamos que las propuestas del Presidente en materia de salud sólo garantizarían un gasto cada vez mayor e innecesario (Con información del diario Expreso).