Banner Tuvivienda
Martes 07 de mayo 2024   |   Contáctenos
REDES SOCIALES
Miércoles 08 de agosto 2012

Preguntas, respuestas y más dudas

Por: Grover Pango Vildoso
Preguntas, respuestas y más dudas
Foto: Difusión

Las autoridades del Ministerio de Educación quieren demostrar que es necesaria una Ley de Reforma Magisterial, hasta hace poco de Desarrollo Docente. Se arguye que la vigente ley de la Carrera Pública Magisterial no ha sido una buena solución a lo que se necesitaba. Pero nadie puede impedir que en el ambiente sigan flotando varias preguntas concatenadas entre sí: ¿es necesario realmente aprobar una ley distinta? ¿qué tan distinta es la ley propuesta? ¿fracasó de verdad la ley vigente porque era una mala ley? ¿a solicitud de quiénes se propone una nueva ley?

Las preguntas hurgan si se trata de una mala ley para cambiarla, pero la respuesta es: No, por el contrario, estamos recogiendo todos sus principios, alcances y objetivos. Si la ley no es mala, tanto que la nueva recoge TODO de ella. ¿Para qué cambiarla entonces?

Se insiste en por qué una nueva ley si se podría perfeccionar la anterior. Y la respuesta admite que se trata de mejorar la LCPM, pero también de solucionar el problema de tener a los profesores en dos regímenes diferentes. Pero la ley vigente dispone la extinción de la Ley del Profesorado (24029 y 25212) con la modalidad de una “incorporación gradual” a la carrera pública. ¿No era suficiente gestionar mejor y punto?

Respondiendo a la posible diferencia sustancial esperada en la nueva ley, se contesta: hace que la carrera docente sea más larga (…) La hemos ampliado a tres niveles más. Para conseguir eso, sin duda importante, como también para otras modificaciones puntuales, lo que hacía falta era modificar un capítulo y algunos artículos más. ¿Para qué una nueva ley?

Cuando, por la poca contundencia de los argumentos utilizados, se insiste en busca de razones, se dice: pero obvia y finalmente, esto se va a resolver en el Parlamento, donde se decidirán las características de la Ley. Es decir, hay clara conciencia de que la voluntad del Ejecutivo puede ser modificada aún más por la decisión soberana del Legislativo. ¿Para qué arriesgar tanto si se podía ser más específico?

Queda la sensación que algo más se quiere conseguir –o intentar- con el cambio de la ley de la Carrera Pública Magisterial. Esta ley, vigente pero estrangulada, quizás pudo haberse aplicado de manera insuficiente, imperfecta y hasta errada en algunos asuntos, pero ello no la convertía en inútil. El reto era mejorar su ejecución, gestionar con el acierto que no se tuvo antes (si eso se quiere argumentar) y darle al país una nueva muestra de lo importante que es continuar, mejorando, lo que se ha logrado.

El Consejo Nacional de Educación dio su voz oportuna. Señaló que en diversas oportunidades había expresado su preocupación “por los vacíos y debilidades en la implementación de la Carrera Pública Magisterial” y reclamaba “correctivos necesarios a sus procesos de gestión, a fin de mejorarlos”. Fue claro en señalar que era necesario continuar implementando la Carrera Pública Magisterial “superando las imperfecciones anteriores y presentando en forma mucho más amigable la real intención de la ley” (Comunicado 19 de enero de 2012). Pero nada de esto puede entenderse como un cambio de ley.

¿Es ésta una ofrenda, un ensayo, una deuda, una afrenta, un capricho o un desliz?

Participa:
Valorar
Cargando...
COMENTARIOS
0 comentarios
2018 Grupo Generaccion . Todos los derechos reservados    |  
Desarrollo Web: Luis A. Canaza Alfaro    |    
Editor de fotografía: Cesar Augusto Revilla Chihuan