No solo mejores emisiones, precios también en el proyecto Modernización de Refinería Talara

Más son los anuncios que los avances en el trillado proyecto de modernización de refinería Talara. Los actores intervinientes, es decir todos aquellos que tienen  contratos con Petroperú, que no son pocos: constructor, supervisor, licenciatarios de tecnología, banco estructurador, asesor financiero, consultores de mercado y asesores legales; así como los que aspiran a participar: proveedores de equipos, materiales y servicios periféricos; más los subcontratistas internacionales y locales; deben entender el contexto en que se desarrolla este emprendimiento, que va más allá de sus naturales intereses particulares.

Sobre todas las cosas debe primar el interés del estado, que tiene dos objetivos: reducir las emisiones contaminantes, principalmente las que tienen alto contenido de azufre y contar combustibles de precios competitivos. Las cifras actuales en estos dos aspectos son bastantes malas.

Las refinerías locales, tanto las de la estatal Petroperú como la de propiedad de la española Repsol; producen combustibles con alto contenido de azufre, más de 3,000 partes por millón (ppm), cuando el estándar internacional está hoy en día por las 10 ppm. Se ha puesto una buena meta 50 ppm, aunque aún ya está lejana de la que tienen los mejores.

Respecto a los precios de las gasolinas y diesel a nivel de productor, es decir las refinerías, en el Perú hoy son más elevados que lo cotizado en el mercado de referencia, que es la Costa del Golfo de México. La razón de esto reside en la obsolescencia e ineficiencia de las plantas locales, que si vendieran estos dos combustibles a precio competitivo, simplemente trabajarían a pérdida. Los valorizan casi exactamente a lo que costaría importarlos, haciendo inviable la operación de un comercializador que decida traerlo desde otras latitudes, pero con serio perjuicio económico al consumidor nacional.

La iniciativa para que esta situación nada deseable para el estado se revierta, tiene que partir de Petroperú. Es obvio que su competidor Repsol, no la hará, pues se corre el riesgo de hacer una inversión cuantiosa, el menor valor es de 1.0 billones de dólares y que la estatal no lo siga, pero que haciendo gala de su poder político, pueda hacer uso de medidas proteccionistas, que le permitan cubrir sus ineficiencias con subsidio de las arcas fiscales.

La actual coyuntura no es nada propicia para las inversiones de las empresas españolas, por lo que ocurre con la economía y finanzas de su país. Para el caso de Repsol, la situación es más crítica aún, porque a los males reseñados se suma la nacionalización que ha sido objeto en Argentina. Su aspiración en este momento es a la inversa, no construir nada costoso en ningún lugar donde operan, el Perú está en la lista. Las plegarias a la Virgen de la Almudena, deben multiplicarse, para que su competidor peruano, no haga nada que los obligue a desarrollar un proyecto costosísimo, que va requerir garantía corporativa de Madrid, lo que en estos momentos debe ser frase vedada.

En este orden de ideas, todos los actores deben ser conscientes de un tema adicional, la situación mundial se viene complicada y la responsabilidad de los gobiernos es: uso eficiente de la caja fiscal y  niveles de endeudamiento razonables, el ratio deuda/PBI, hoy más que nunca es observado con lupa. Cifras desmesuradas no pueden ser aceptadas, ni proyectos sin viabilidad económica-financiera comprobada. La consecuencia sería desastrosa para la calificación de las clasificadoras de riesgo, seríamos candidato fijo pare perder lo que tanto ha costado: el “grado de inversión”. Es un hecho reciente que solo una evaluación de carácter político de Moody´s ha logrado el sonar de las alarmas. Imagínense si esto se combina con evaluaciones de política económica y financiera, que demuestren inconsistencia o dispendio.

La tarea de hacer tangible una antigua pretensión, que es contar con refinerías más acorde con los tiempos, aunque con la limitación de un tamaño demasiado pequeño, no debe frustrase, la responsabilidad es lo que debe primar en todos los interesados.