Abusos

Este diario, como saben sus lectores, es partidario de la economía de mercado. Sin embargo, eso no significa cerrar los ojos frente a los abusos que perjudican a los consumidores. Porque el sistema debe estar al servicio del individuo y no al revés. Por eso hemos denunciado, entre muchos otros temas, abusos de las AFP o, en estos días, de los bancos. Pero la lista es bien larga.

Por ejemplo, han pasado cerca de siete años desde que se anunció la modernización de las refinerías peruanas, tanto las estatales como la privada, para disminuir el contenido de azufre en el petróleo diesel, que actualmente tiene niveles 30 veces superiores a los estándares internacionales. Como los periodistas somos un océano de conocimiento con un centímetro de profundidad, consultamos a fuentes del sector, que se preguntan si vale la pena hacer las conversiones de las plantas existentes o sería mejor importar combustible menos contaminante, cosa que se viene haciendo en este momento.

La pregunta es pertinente dadas las cifras, denunciadas en este diario y confirmadas por el presidente de Petroperú, Humberto Campodónico, de que la modernización de la refinería Talara ascendería a 2,550 millones de dólares.

¿Valdrá la pena tamaño endeudamiento para el Estado mientras se le niega aumentos a policías, militares y médicos? Según los expertos, la cifra tiene que ser reducida en no menos del 20% y que se persiga dos fines: disminuir el impacto ambiental pernicioso y reducir el precio de los combustibles. El consumidor peruano paga cerca de 50% más que un estadounidense. Contraproducente realidad: menor capacidad adquisitiva y mayores costos. O sea, otro gran abuso contra el ciudadano.

Y al margen de lo que hace la petrolera estatal, ¿por qué empresas privadas como Repsol no han hecho lo que les corresponde? Hay diversas respuestas sobre el particular, desde las limitaciones por el financiamiento que hoy padecen todas las corporaciones españolas, hasta la desconfianza en que Petroperú pueda hacer su proyecto y prefieren esperar antes de hacer un desembolso inútil. Mientras tanto, se maltrata al consumidor, que merece combustibles limpios y de bajo precio. Bien haría el Gobierno en trabajar para que esto se convierta en realidad.

Columna del director del diario La Razón - 10 de agosto de 2012.