Desarrollo integral en democracia

El crecimiento de la economía es un requisito esencial para lograr un incremento del nivel y de la calidad de vida de los habitantes de una sociedad. Pero, el solo aumento de la producción de los bienes y servicios no resulta suficiente. Es necesario contar con políticas públicas adecuadas y responsabilidad social de las empresas para avanzar en el cumplimiento de los objetivos del desarrollo integral.

Además tal cohesión facilita la obtención del consenso político, sustento de la democracia.

El régimen de libertades dentro de una economía de mercado necesita alcanzar la igualdad de oportunidades y derechos. La educación, la cultura, el respeto de las normas que configuran el marco institucional del país, entre otros elementos, forman parte del necesario telón de fondo para profundizar las bases del sistema democrático.

Además de los aspectos sociales la igualdad de oportunidades se alcanza con más empleos dignos y con la dotación de servicios públicos eficientes con tarifas que resulten favorables a los sectores de menores ingresos.

De tal manera, los sectores radicalizados que pretenden mejorar la calidad de vida bloqueando inversiones que proporcionan empleo y aumentan la infraestructura para la prestación de servicios públicos, actúan con ignorancia o mala fe. Sus acciones solo generan el círculo perverso de la pobreza y, en modo alguno, la promesa de cumplir con el objetivo de una mejora de las condiciones de vida.

Lograr la igualdad y la reducción de las brechas son dos grandes desafíos del régimen de libertades. La tarea para tales objetivos exige administrar un equilibrio entre las políticas de promoción de las inversiones, las medidas redistributivas y la rentabilidad adecuada de las inversiones.

Publicado el 14 de agosto de 2012 en el diario La Razón.