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Viernes 17 de agosto 2012

El caso Assange y el comportamiento diplomático

Por: Ricardo Sánchez-Serra (*).
El caso Assange y el comportamiento diplomático
Foto: Elmundo.es

Luego de 58 días de encontrarse refugiado en la Embajada de Ecuador en Londres, Julián Assange logró obtener el asilo diplomático.

Este singular personaje, nacido en Australia, salió a la notoriedad por sus WikiLeaks, la filtración de información de numerosas embajadas norteamericanas hacia Washington, que causó conmoción en el mundo y puso en evidencia lo que piensan los diplomáticos estadounidenses sobre el país en que están destinados y sus autoridades. ¡Son 1.2 millones de documentos! Los cables originaron zozobra (y hasta el ridículo) y malestar, a tal punto, por ejemplo, que el mandatario ecuatoriano Rafael Correa expulsó a la embajadora Heather Hodges, porque, según ella, Correa sabía de la corrupción de un alto jefe policial nombrado para un cargo.

Era, prácticamente, el enemigo número 1 de Estados Unidos, debido a que las revelaciones de los famosos WikiLeaks, con videos incluidos, lo dejaron mal parado en las guerras de Irak y Afganistán. Lo dejaron en situación difícil con sus aliados y resentimientos con muchos países.

Assange era perseguido por la justicia sueca por delitos sexuales y fue detenido por las autoridades británicas, que le concedieron libertad bajo fianza en espera de la extradición a Estocolmo. Él señala que las acusaciones contra él son patrañas y que tuvo relaciones sexuales consentidas. En realidad hubo varias mujeres que lo incriminan de vejación. El 19 de junio último ingresa a la embajada ecuatoriana solicitando asilo político.

Assange se declaró un perseguido político, con fundamentos claros como hemos visto. Sobre él penden innumerables amenazas de muerte. La justicia sueca, por su parte, es famosa por su imparcialidad; pero asimismo se albergaba dudas sobre si Suecia, a su vez, lo extraditaría a Estados Unidos (vulneró su seguridad nacional y puso en peligro la vida de muchas personas), en donde podría ser condenado a la pena de muerte, de ahí la fortaleza de las argumentaciones de Ecuador porque una vida y su seguridad personal corren peligro y que fundamenta en innumerables declaraciones y convenciones internacionales sobre el asilo y protección a los derechos humanos.

Consideramos una bravuconada y de suma gravedad las amenazas británicas de ingresar por la fuerza a la sede de la embajada ecuatoriana en Londres y extraer a Assange. No lo debe hacer. Violaría la Convención de Viena de 1961 y los principios del Derecho Internacional y sería un grave precedente para la paz y seguridad internacionales.

Londres todavía cree que la gobierna Enrique VIII o que está en la época victoriana y colonial, así que todo puede suceder. La ocupación colonial de Las Malvinas en pleno siglo XXI, en desmedro de Argentina, es un claro ejemplo.

En este sentido, aquí no caben ideologías o si Correa es chavista o es antipático. Se trata de una nación, Ecuador y los organismos internacionales deben respaldarlo ante una amenaza británica.

* Periodista. Miembro de la Prensa Extranjera. Analista Internacional.

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COMENTARIOS
1 comentarios
gringos h de ps creen que aún el resto del mundo son sus colonias; ese inglés amenazando con violar leyes internacionales parecía una gorila de la Uganda de Amín
17 de agosto 2012
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