El 19 de julio pasado, Julian Assange ingresó al local de la embajada de Ecuador en Inglaterra, para solicitar asilo diplomático del Estado ecuatoriano. Sabía evidentemente que los países hispanoamericanos conforme a tratados multilaterales, y a una tradición multisecular, pueden conceder ese tipo de protección considerándose su local extraterritorial. El afectado tenía y tiene el temor que de concederse la entrega a Suecia, por supuestos delitos sexuales, éste Estado lo entregue, a su turno, a los Estados Unidos. Por inexistentes infracciones punibles de espionaje y traición; por desclasificación de información comprometedora para el gobierno yanqui.
Alega que es víctima de una persecución en distintos Estados lo cual no deriva solo de sus ideas y de sus actos, sino de su labor al publicar información “que compromete a los poderosos” y con ello, desenmascarar la corrupción y graves abusos de los derechos humanos alrededor del mundo. Es cierto que se ha asilado de facto en la embajada ecuatoriana, cuyo país reconoce el asilo diplomático; lo grave es que Gran Bretaña no admite ese tipo de refugio. Al asilarse en la legación ecuatoriana Assange violó el estatuto de su arresto domiciliario en Inglaterra; y William Hague, Secretario de Relaciones Exteriores, confirmó que no dará salvoconducto. Ha llegado a decir que “el Reino Unido no reconoce el principio del asilo diplomático”.
Caso parecido aconteció hace cincuenta años en Hungría con el Cardenal Mindzenty a quien el gobierno rojo tuvo enclaustrado en la embajada de Estados Unidos durante veinte años. Ecuador ha publicado un comunicado que ennoblece al país en cuyas partes considerativas dice que existen serios indicios de retallación por parte del país o los países que produjeron la información divulgada por Assange, represalia que podía poner en riesgo su seguridad, integridad e incluso, su vida. Es verdad que el Alba Unión, como Europa, no reconoce el asilo en embajadas, pero eso es relativo. Además del caso Mindzenty, podemos agregar el de los miles de franquistas españoles que se asilaron en embajadas hispanoamericanas durante la Guerra Civil Española (18 de julio de 1936 – 01 de abril de 1939) quedando a salvo de la persecución republicana. Este caso no tiene aquel dramatismo, pero hay un problema ideológico en el fondo. Ecuador dice que el hombre está expuesto como consecuencia decidida en su lucha por las libertades y contra el imperialismo (Con información del diario Expreso).