Alexis vive en Perú rojo

Las consecuencias de no reaccionar oportunamente.

El presidente va a tener que responder con rapidez y rigor ante la denuncia de nuevas e indebidas andanzas de Alexis Humala si no quiere ver erosionada su reputación.

La denuncia de Panorama consiste en que la empresa Krasny Perú –Perú Rojo en ruso–, en la que Alexis Humala es accionista y gerente de relaciones públicas, contrató con el Estado por más de medio millón de soles desde julio de 2011 en los sectores de interior, defensa, educación, salud, justicia y PCM.

Por su relación con el presidente Ollanta Humala, su hermano Alexis está impedido de contratar con el Estado. La norma que fija esta prohibición para los familiares hasta el cuarto grado de consanguineidad puede parecer injusta para las empresas bien establecidas en un ramo, pero, como se sabe –o deberían saberlo quienes están en el poder y sus parientes–, la ley es la ley.

Sin embargo, en el caso de Alexis Humala hay más de un motivo para levantar una ceja por la sospecha que producen sus andanzas irregulares. Primero, su viaje indebido a Rusia para firmar acuerdos comerciales con el Estado peruano cuando su hermano aún no había jurado el cargo, y cuando él no tenía ninguna  autorización para hacerlo.

Entonces, el presidente Humala y su bancada, así como el Congreso, cometieron el gravísimo error de pasar por alto esta cuchipanda.

Luego, se ha vinculado a Alexis Humala con otras acciones para favorecer intereses de firmas extranjeras como en lo referido a la pesca de pota. Asimismo, uno de los viajeros a Rusia, Fabrizzio Pimentel, pasó de facturar con el Estado 49 mil soles en el año 2009, a más de siete millones en lo que va del 2012.

Entre la noche del domingo y ayer, el gobierno ha tenido dos expresiones importantes de rechazo al ‘agresivo’ estilo comercial de este hermanísimo. El premier Juan Jiménez se ha preguntado “qué tiene en la cabeza el señor Alexis Humala”, mientras que la primera dama Nadine Heredia ha dicho que, “si tiene impedimento será sancionado, el presidente Ollanta Humala le ha dicho al gabinete que no hay ninguna preferencia con sus familiares”.

Eso es cierto, pero la culpa de lo ocurrido la tiene el propio presidente Humala pues su invocación anterior se debilita cuando se observa la reacción tan tibia que él y su gobierno han tenido frente a escándalos clamorosos como los de su hermano o el de su ex vicepresidente Omar Chehade, quien la sacó muy barata gracias a su conexión con Palacio.

Por no responder con oportunidad y energía, la reputación del gobierno y del presidente se está deteriorando, y poniéndose a tiro de blanco de políticos de gobiernos con una sólida trayectoria en la mala costumbre del asalto al erario (Con información del diario La República).