¿Actores?

Si aplicamos el caviarómetro –todo lo que aplaude la progresía es malo y, en cambio, bueno es aquello que suele criticar– da mala espina su entusiástico apoyo a la llamada ‘Ley del Negacionismo’. En teoría, la propuesta del Ejecutivo es loable, puesto que pretende sancionar, como ocurre en Alemania con el nazismo, a quienes (Movadef es un claro caso) niegan los crímenes de Sendero y el MRTA. Pero ya se sabe que de buenas intenciones está empedrado el camino al infierno. Sobre todo cuando se corre el riesgo que metan mano en la elaboración de dicha ley las ONG derechohumanistas, esas que cual Midas contrafáctico vuelven estiércol todo lo que tocan, para luego arrojarlo sobre las FF AA y PNP.

Y ciertamente ya se han puesto las pilas. Este jueves, por ejemplo, RPP Noticias entrevistó a un tal Jan Michel Simon, jefe del Departamento para América Latina del Instituto Max Planck y dizque experto en “las reacciones del Derecho penal frente a crímenes del Estado”. Simon puso el grito en el cielo porque la ‘Ley del Negacionismo’ anunciada por el premier Jiménez “solo plantea sancionar a actores de aparatos no estatales y eso es un problema”.

Nótese que Simon, igual que sus colegas criollos, hace malabares para no pronunciar una palabra que a los progres les produce tanta alergia como el ajo al vampiro: terrorismo.

Es corta y define perfectamente el asunto. Pero no, prefieren “actores no estatales”. Que, de paso, es la jerigonza típica de la CVR, que colocó en un mismo plano a los asesinos y a las fuerzas del orden y los llamó “actores”, como si el baño de sangre desatado por Guzmán y Polay hubiera sido una obra teatral. En la que, además, los uniformados eran también villanos, “violadores sistemáticos” de DD HH.

El lector, zahorí, ya ha entendido a dónde queremos llegar. Mucho ojo, pestaña y ceja. Porque so pretexto de sancionar a los apologistas de SL y el MRTA podemos terminar con una ley que enviaría a la cárcel a quien no adopte la terminología sacrosanta y la tergiversada cosmovisión de esa biblia progre en que han convertido el Informe Final de la CVR. Por demás perverso, ya que equiparó a quienes excepcionalmente cometieron excesos con aquellos para los que el exceso era la norma.

Cuidado, puede llegar el día que decir “militares y policías pelearon contra terroristas” sería considerado “negacionismo”. Ya vemos a los acusetes de la progresía gritar: “¡Dijo lucha antiterrorista y no conflicto armado interno! ¡A la reja!”…

Columna del director del diario La Razón - 24 de agosto de 2012.