El ejemplo de Monseñor Piñeiro

El padre Miguel Gabriel Cruzado Silveri S.J., provincial de la Compañía de Jesús, ha escrito una carta, el 20 de agosto, a monseñor Salvador Piñeiro, presidente de la Conferencia Episcopal: “Es muy doloroso comprobar […] que el decreto emitido por el Emmo Sr. Cardenal Secretario de Estado no ha recibido de parte de amplios sectores de la PUCP y de la sociedad peruana la aceptación que se podía haber esperado”.

Monseñor Piñeiro acaba de dar un meritorio ejemplo de obediencia al Papa, al emitir un pronunciamiento personal primero y colectivo después, adhiriéndose plenamente al decreto papal, firmado por el Secretario de Estado Vaticano, sin matizaciones bizantinas ni entrelíneas amenazadoras. Ese, y no otro, es el camino a seguir.

Afirma la carta que numerosos jesuitas han trabajado en la PUCP, y se preparan para seguir haciéndolo, pero salvo los historiadores Rubén Vargas S.J. y Armando Nieto S.J., rector y director del Instituto Riva Agüero, respectivamente, y quizás algunos más, otros miembros de esa Orden han sido parte del problema y no de la solución. El gobierno del padre Felipe Mac Gregor S. J. como rector, y su influencia como presidente de la comisión estatutaria, fueron decisivos para la elaboración de los estatutos que crearon indebidamente la Asamblea Universitaria y desvincularon la Universidad de la jerarquía eclesiástica, generando el gravísimo quiebre que sufrimos ahora.

Harían bien los jesuitas en irse a su propia Universidad, que tanto los necesita, porque como dice el provincial “la PUCP no es ni ha sido una universidad jesuita”.

Publicado el 25 de agosto de 2012 en el diario La Razón.