Jueves 18 de abril 2024 | Contáctenos
Ollanta Humala y Nadine Heredia no son Romeo Montesco y Julieta Capuleto, pero de hecho se han convertido en actores de una tragicomedia.
A algunos les parecen anecdóticos los escándalos que involucran a la familia de la pareja presidencial y pretenden que se oculten bajo la alfombra, pero en realidad tienen una importancia política que no se puede disimular.
Respuesta rápida ya no basta
Esta vez el gobierno atinó a responder prontamente. A poco de difundido el reportaje de ‘Panorama’ involucrando a Alexis Humala en transacciones con el Estado, el premier Juan Jiménez salió a censurar el hecho y al día siguiente el procurador Julio Arbizú emprendió las acciones legales. Sin duda Ollanta y Nadine han aprendido de los anteriores escándalos de Alexis y Antauro, que se prolongaron durante semanas y les costaron muchos puntos en las encuestas.
Pero como deben haber comprobado ahora, no basta una respuesta fulminante. En la guerra y en la política, tan importante como la acción propia, es el cálculo de la reacción del adversario.
“Borrachita de poder”
La respuesta de los Humala ha sido feroz. El padre, Isaac, calificó al premier Jiménez de “pobre diablo”, “miserable” y “pendejo”, aunque pasados algunos días le pidió disculpas públicas. Pero además dijo que no estaba a la altura del cargo y que si lo ocupaba era porque hacía lo que le mandaban. Un retrato que también están dibujando otros observadores de la política peruana.
Pero lo más duro fue la estocada contra su nuera, Nadine Heredia: a ella le gusta “el dinero como caramelo” y está “borrachita de poder”.
El problema para la pareja presidencial es que la última frase muchos no la toman como viniendo de un anciano que desvaría movido por las pasiones –como quisiera la primera dama– sino que es una idea muy popular y que cada vez tiene más adeptos. Basta escuchar algunos sintonizados programas cómicos o mirar las caricaturas de Juan, Andrés, Molina, Carlín, o Heduardo para comprobarlo.
Exhibiendo el poder
Mostrando que Isaac no estaba descaminado, la esposa del presidente respondió de inmediato enviando a su ministra Ana Jara y su congresista Ana María Solórzano a responder a su suegro con un argumento pegajoso pero falaz: es machista criticar a Nadine.
La verdad es que los padres de los Humala han hecho alarde varias veces de un machismo tosco pero, en esta ocasión, las puyas de Isaac no son machistas. Nadine, como cualquier político está expuesta a las críticas, con mayor razón si es la persona con más poder en el país después del presidente de la República.
En realidad el inventor del argumento es el politólogo Steven Levitsky, que sostiene que algunos somos víctimas de la “Nadinefobia”, como tituló un artículo publicado en estas páginas (1.4.12). Allí Steve dice que “Nadine se ha vuelto una obsesión” para algunos, entre los que me incluye por un artículo donde yo advertía sobre los problemas derivados del poder desmesurado de la primera dama en el gobierno y sus intenciones futuras. (“Nadine rumbo al 2016”, 26.2.12).
“Estas advertencias me parecen un poco histéricas, y un poco machistas” dice Levitsky, que concluye diciendo que “no me preocupa mucho la influencia de Nadine en el gobierno”.
A la luz de lo que está ocurriendo, esas reflexiones no son ni histéricas ni machistas, y todos deberíamos preocuparnos por lo que está sucediendo.
Después de iniciado el actual escándalo, Nadine Heredia no ha tenido ningún recato y se ha ido a visitar a la presidenta del Brasil, Dilma Rouseff, en el avión presidencial con un séquito de dos docenas de personas.
Claramente Nadine Heredia ha actuado como copresidenta del Perú y su misión es muy importante: tratar de apaciguar a los brasileños que, como muchos en el Perú, se sienten traicionados por Humala. Después de tanto apoyo en la campaña, los está dejando en la estacada en varios negocios grandes y los brasileños, que se pretenden potencia mundial, están molestos y no lo ocultan.
Si alguien tenía la más mínima duda del poder de Nadine y del papel fundamental que desempeña en el gobierno, este viaje la despeja completamente.
No ha terminado
La saga de estos Montescos y Capuletos criollos está lejos de concluir. Ulises Humala ha retomado la acusación de Isaac haciendo referencia a los negocios de Nadine con una empresa arequipeña de un compañero de promoción de Ollanta y de parientes del ministro de Transportes.
El punto es que la familia cree que Ollanta los ha traicionado también a ellos al enviar a Antauro a la Base Naval, al desconocerlos como familia –en este rubro, dice Ollanta, solo están Nadine y sus hijos– y al maltratar a Alexis.
Lo pintoresco de la familia Humala no puede ocultar la importancia política de estas reyertas. Porque, aunque Ollanta y Nadine no quieran admitirlo, es su familia y no podrán prescindir de ella (Con información del diario La República).
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