El Barça deja vivo al Madrid

Hay quienes dicen que en la actualidad los enfrentamientos entre el Barcelona y Real Madrid ¡ya hasta aburren!; sin embargo, yo sigo creyendo que todos y cada uno de estos encuentros, sin importar el certamen del que se trate, llevan consigo un sabor especial que nos hace apasionarnos una y otra vez.

No tuvimos que esperar a la Liga, ni a una Champions League; el primer clásico de la temporada llegó temprano para acrecentar aún más la rivalidad y, por supuesto, empezar con una buena contienda la pelea de ambos equipos por conseguirlo todo, tal y como lo han dicho algunos de sus protagonistas.

Del partido de ida por la Supercopa española puedo decir que la filosofía de los cata-lanes sigue intacta con Tito Vilanova en el banquillo, quien estaba en la boca de todos los que creían que el fantasma de Pep Guardiola lo alcanzaría.

Barcelona se plantó bien en casa, se impuso, teniendo la posesión del balón y “mareando” al rival, desesperándolo y no prestándole el esférico, por lo que una vez más el Real Madrid se vio infinitamente inferior en cuanto al ritmo de juego se refiere. Sin embargo, en el futbol no basta con tener el balón y crear jugadas al ataque, y para muestra fue que los merengues anotaron primero.

Los culés entendieron que no podían regalar ni un minuto y así fue. Pedro no dio tiempo a que Cristiano festejara cuando ya había empatado el partido.

Posteriormente, la magia salió de los pies de Lionel Messi, que en repetidas ocasiones lo había intentado con disparos y jugadas que evidenciaron que el “tendón de Aquiles” de los de Mourinho sigue siendo su defensa. Un gol más vino por conducto de Xavi, y acompañado de otro de los grandes orquestadores de este equipo: Andrés Iniesta.

Cuando todo parecía indicar que el primer capítulo sería tranquilamente del Barça, un yerro garrafal de Víctor Valdés le devolvió la vida al Madrid y lo dejó más cerca de su acérrimo rival. Di María supo aprovechar las deficiencias del guardameta, que arriesgó de más y terminó sin poder impedir el gol en su meta. Nadie en el Camp Nou lo podía creer.

El Real Madrid no se va del todo inquieto, pues recordemos que en este torneo cuenta el gol de visitante, así que veremos si el Barcelona es capaz de mostrar su hegemonía el próximo miércoles y proclamarse una vez más campeón de la Supercopa.

Finalmente, me dio gusto ver a José Mourinho y Tito Vilanova saludarse amablemente antes de que iniciara el partido, dejando atrás ese polémico episodio suscitado hace un año en la vuelta del mismo certamen, en el que el portugués literalmente le picó el ojo al entonces auxiliar de Pep. Me parece que el fairplay es algo que siempre debe reinar.

Nota Publicada en periodicocorreo.com.mx