Muchos comentan que en las calles hay un ánimo, que sin rozar en el triunfalismo, hace presagiar que Henrique Capriles triunfará cómodamente en las elecciones.
En su desespero, el Gobierno recurre a ofrecimientos que después de trece años en el poder resultan insultantes, mientras las protestas, la inseguridad y el costo de la vida aumentan de manera vertiginosa.
Cuatro elementos permiten suponer que pronto habrá un nuevo gobierno. De esas premisas ya dos se alcanzaron y las restantes están en vías de concretarse.
En primer lugar, la unidad plena era un clamor. Con gran responsabilidad la dirigencia política comprendió que sólo como bloque podía derrotar al oficialismo. La primera prueba fue ganar importantes cargos regionales. Luego la oposición obtuvo más votos que el oficialismo en los comicios parlamentarios. Ello derivó en unas primarias en las que más de tres millones de ciudadanos participaron para escoger al candidato.
La segunda responsabilidad era hacer un programa de gobierno. En ello tuvo gran responsabilidad la MUD con una propuesta de cien ideas básicas que muestra a la ciudadanía que la oposición tiene un plan de gestión.
Votar masivamente y cuidar el voto son las variables restantes. La oposición debe insistir en que el sufragio es secreto. Eso atormenta al régimen que sabe que muchos empleados públicos votarán por el candidato de la esperanza y no habrá forma ni de saberlo ni de evitarlo. Cuidar el voto garantiza que no habrá fraude porque con las actas y los testigos vigilantes no se pueden manipular las cifras.
Capriles complementó esto creando comandos, grupos programáticos y voluntariados y visitando diversos sitios para explicar su propuesta.
Por eso es que los ciudadanos se dan de cuenta que Hay un Camino. (El Universal)