Sabedores de que los peruanos no quieren nada con la Convención del Mar pero tampoco conocen detalles del articulado, están asustando en las más altas esferas oficiales con la falacia de: “si el Perú no adhiere antes de diciembre, los chilenos nos ganan en La Haya”. ¡Una sucia tinterillada…cuando es justamente lo contrario!
Como no tienen argumentos jurídicamente válidos, los chilenos empezaron a armarse cuando en 1986 el gobierno peruano les dijo oficialmente que ya era hora de arreglar la delimitación, con los cánones del Derecho Internacional. No respondieron nada hasta que en 1997 se aparecieron en las NNUU para anunciar que se adherían a la Convención del Mar, olvidando que en 1952 habían firmado con el Perú y Ecuador la Declaración de Santiago con la tesis de las 200 Millas… y de paso registraron su reserva, por la cual jamás arreglarían la delimitación marítima bajo los cánones de la Convención del Mar.
Sin embargo, olvidando -¡cuándo no!- su propia palabra, ahora están empujando a sus amigos en el Perú para que consigan la adhesión del Perú, por que han encontrado que la única forma en que el Perú pierda, sería que los dos países seamos miembros de la Convención, porque allá conocen lo que los abanderados de la adhesión del Perú NO conocen…Hay 3 artículos: 15, 74.4 y 83.3 de la Convención, de los que NUNCA han oído ni leído nuestros compatriotas pro chilenos.
Los artículos 74.1 y 83.1, dicen que la delimitación será conforme al Derecho Internacional, con la línea media o bisectriz. Pero los 74.4 y 83.4 dicen: “Cuando exista un acuerdo en vigor entre los estados interesados, las cuestiones relativas a la delimitación se resolverán de conformidad de las disposiciones de ese acuerdo”. El artículo 15 dice lo mismo en otros términos.
No olvidemos que el Perú tiene un acuerdo sobre delimitación para pesca, desde 1954. Por eso es que los chilenos –a sabiendas de que es falso– hablan de “tratados de límites”, que es lo que sucedería si el Perú adhiere. ¡Sabiendo eso…los amigos de Chile, insisten!
El embajador Pérez de Cuéllar se acuerda de que siendo Canciller en 2001 “sometió al Congreso la adhesión a la Convención del Mar”. En realidad “no sometió” –se ha olvidado– él instó –presionó- al Congreso, pero no le ligó; en cambio se olvida de que logró la vergonzosa Ley de Límites de Tacna, violando el Tratado de 1929 con el paralelo del Hito Nro. Uno en lugar del Punto Concordia. Esta Ley tuvo que ser derogada por el gobierno de García.
El ha dicho que está muy viejo para acordarse de que en 1968 aprobó y aceptó “en todos sus términos” el acta de la traición firmado el 26 de abril de 1968, que violando el Tratado de 1929, trasladó el paralelo del Punto Concordia al Hito Nro. Uno, para dar gusto a Chile. ¡Es su obra maestra aunque no la recuerde! (Con información del diario Expreso).