La seguridad social no es dádiva del Gobierno, sus fondos financieros provienen de las remuneraciones de los trabajadores.
La extirpación del estatismo por el gobierno de Fujimori fue respetada por los gobiernos de Paniagua, Toledo, García y –hasta ahora– por el de Ollanta.
Para la seguridad social jubilatoria se adoptó un régimen mixto, dejando la libre elección entre el sistema privado-individualista y el estatista.
Empero, para la seguridad social médica se mantuvo el Gobierno en el control, organización y gestión. Lo que, como todo sistema estatista, atenta contra la libertad de los trabajadores.
Se percibe que con este gobierno, Essalud ha reducido las consultas, las intervenciones quirúrgicas y la provisión de medicinas: ¿Ahorran? Y, desde hace un mes no presta servicios a nadie. Aunque los burócratas que la “administran” han cobrado puntualmente sus sueldos, que se pagan de los aportes de los trabajadores desatendidos.
El Gobierno está lento para comprender que las prioridades sociales no reclaman reformas constitucionales para el agua, ni leyes negacionistas, ni payasadas ante la “tremenda Corte Interamericana”.
Hay que reabrir los hospitales, dando solución justa y oportuna al reclamo gremial médico.
Gesto noble por los médicos sería no desatender la emergencia y cubrir la consulta impostergable. Respuesta dignificante para el Gobierno sería licenciar la actual administración de Essalud, por imprevisora e incapaz.
Publicado el 6 de setiembre en el diario La Razón.