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Viernes 07 de septiembre 2012

¿Un clavo saca a otro clavo?

Por: Gaudencio Rodríguez Juárez
¿Un clavo saca a otro clavo?
Foto: savitari.com

Se suele decir que “un clavo saca a otro clavo” para sugerir que después de una ruptura amorosa se busque, inmediatamente, una nueva relación; el supuesto es que la nueva hará olvidar a la anterior.

¿Pero es verdad tal cosa? ¿La nueva persona hará olvidar a la anterior? ¿Se trata de olvidarla? ¿Por qué tal urgencia? ¿Por qué se mantiene vigente tal sugerencia?

¿Qué diferencias existen entre hombres y mujeres respecto a la aplicación de este refrán?, ¿unos y otras lo aplican por igual?, ¿o es una práctica más común en alguno de los sexos?

Cuando una relación que fue significativa termina, muchas cosas terminan con ella para cada uno de sus miembros: expectativas, sueños, ilusiones, planes, estatus, etcétera. Razón por la cual se hace necesario comenzar un duelo, es decir, una elaboración del quebranto, una sanación del dolor que esta detona.

Tristeza, enojo, culpa, remordimiento, suele ser la gama de sentimientos asociados a la pérdida de una relación que significó algo importante en la vida. Y para poderlos procesar, es necesario vivirlos en conciencia.

Tristeza, enojo, culpa, remordimiento, suele ser la gama de sentimientos asociados a la pérdida de una relación que significó algo importante en la vida. Y, para poderlos procesar es necesario vivirlos en conciencia. Sólo entonces será posible la aparición de nuevas emociones y nuevos aprendizajes.

La tentación de buscar una pareja es grande en este momento ante la necesidad de evitar pensar en las implicaciones de la pérdida y calmar el dolor. Pero, ¿es esta una medida pertinente? ¿Es esto lo más recomendable?

Muchas personas (me atrevo a pensar que más los hombres que las mujeres) prefieren pasar de una relación a otra sin darse un tiempo para procesar los sentimientos de pérdida. Por tal motivo, terminan por hacer una nueva elección basada en los mismos criterios que la anterior, con lo que las probabilidades de caer en la misma dinámica, es alta, comprometiendo de esta manera, el pronóstico de funcionalidad.

Es así como surge la impresión de que todas las mujeres (o los hombres) son iguales. Pero más preciso sería decir: “A todas las mujeres (o a todos los hombres) que elijo, las(los) elijo iguales”.

¿Por qué la tendencia a la repetición en la elección de pareja? Una de sus causas es la imposibilidad de reflexionar acerca del tema.

Por principio, el margen de elección de pareja suele estar influenciado por los modelos de hombre y de mujer con los que convivimos en nuestra vida, comenzando con nuestro padre y nuestra madre, los cuales dejan a manera de troquel el modelo de relación que tenderemos a practicar en nuestra vida. Posteriormente, en la medida que analizamos nuestra personalidad, nuestras elecciones y deseos relacionados con la pareja, nuestro espectro de conciencia se amplía, posibilitando una mejor relación.

Es decir, sería conveniente preguntarnos por qué y para qué me emparejo con tal persona, qué espero de ella y qué estoy dispuesto a dar, qué proyecto de pareja quiero construir, para qué...

Pero si no hay un proceso de introspección y reflexión de este tipo, entonces la elección es dejada totalmente al azar, a las hormonas, al deseo de evitar la soledad, o a la incapacidad para vivir solo(a) debido a la falta de independencia, autonomía y autosuficiencia, o sea, a la falta de madurez.

Es la ausencia de reflexión la que explica que una persona busque a un clavo para sacar a otro, porque, ¿quién en su sano juicio desea emparejarse con un instrumento duro, frío, puntiagudo y sangrante como lo es un clavo? Es decir, la metáfora del refrán es por sí misma indicativa de un mal pronóstico. ¿Por qué habiendo tantas metáforas posibles asociamos a la pareja con un objeto de estas características y no con otro?

Es la prisa por conseguir una nueva pareja cuando la herida por la pérdida de la anterior aún no ha cerrado la que termina por hundir un clavo más en una herida abierta, aumentando la probabilidad de que esta se infecte en lugar de curarse, ¿no crees?

Nota publicada en periodicocorreo.com.mx

TAGS: Pareja, Amor, Clavo
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