Fuentes de inteligencia serias indican que esta captura pudo y debió haberse ejecutado muchos meses antes de setiembre de 1992, pero por cálculo político fue postergada para convertirse en la operación psicosocial más importante del “Doc” y sobre la cual se apoyó la dictadura que regentaba desde las sombras durante los ocho años siguientes, pues Montesinos y sus secuaces conocían hace varios meses la ubicación exacta de Guzmán y a pesar de la importancia de capturarlo lo antes posible para salvar vidas inocentes, decidieron “esperar” para cuando fuese más oportuno y así sacar provecho político y mediático del suceso, sin importarles el daño irreparable que este delincuente terrorista le seguía causando al Perú.
Vladimiro se guardó dicha captura como un as bajo la manga para utilizarlo en el momento necesario y darle oxígeno a su cuestionado régimen que el 5 de abril había perpetrado un golpe de estado, disolviendo los poderes públicos e iniciando la dictadura corrupta que hoy todos conocemos.
Publicado el 14 de setiembre de 2012 en el diario La Razón.