¿Quién creen que ganará?

El análisis sobre las elecciones está dividido entre quienes piensan que puede terminar cerrada y quienes creen que Chávez ganará cómodo. Concentrémonos en las hipótesis políticas que sustentan estas posiciones.

Quienes consideran que la elección estará cerrada, se basan en:

1) Los resultados de las elecciones recientes (enmienda, regionales, parlamentarias) fueron cercanos. Si el voto estuvo dividido en partes similares, ¿por qué esperar una situación distinta en esta elección?

2) El cara a cara de Capriles es más potente que la estrategia remota de Chávez. El candidato opositor ha recorrido el país varias veces. Tiene contacto directo con las masas y envía un mensaje de juventud, energía y futuro que Chávez ya no posee. Las apariciones controladas de Chávez, sus desapariciones después de cada esfuerzo y el uso del "Papamóvil" para mostrarse en las comunidades indica que a pesar de que logró sacar del debate a su enfermedad, su condición física está comprometida y se nota en su desempeño. El resultado de esta realidad es que las movilizaciones de Capriles son más espontáneas y participativas, mientras que las de Chávez deben ser inducidas.

3) Los impactos de la ineficiencia del Gobierno, que ocasiona que las refinerías exploten, los puentes se caigan y los presos les disparen a los policías con armas más sofisticadas que estos, tienen que generar impactos negativos sobre la disposición de voto por Chávez.

Por su parte, los grupos que apuestan a una diferencia amplia a favor de Chávez tienen argumentos no menos contundentes.

1) Históricamente hay una correlación elevada entre gasto público y los votos obtenidos por el partido de gobierno. Dado que esta variable creció en los últimos tres trimestres, la disposición de voto por Chávez podría haber sido estimulada por la correlación clásica.

2) El abuso de poder en campaña, en términos de control de recursos, medios e instituciones, es inconstitucional y antidemocrático pero ayuda en términos de popularidad y voto.

3) No son comparables las elecciones previas con la presidencial. Primero porque Chávez no era el candidato en pugna. Si bien puede haber intentado plebiscitar esas elecciones, definitivamente no lo logró ya que la abstención en ellas fue por lo menos 15 puntos más que la esperada en esta. En este sentido, para esta elección presidencial la diferencia ampliada no se refieren a caídas del voto opositor (que no ocurrirá en ningún escenario) sino a aumentos de la votación chavista, proveniente de la reducción de la abstención en su soporte light.

4) Las movilizaciones miden motivación y es obvio que la oposición le lleva una morena al chavismo en este rubro, ya que el rechazo es más motivante que la aprobación. Pero eso no mide tamaño. Si así fuera, el referéndum revocatorio y las presidenciales del 2006, donde Chávez usaba los mismos autobuses para mover sus seguidores, debían haber sido ganados por la oposición, pero las diferencias fueron 16 y 26 puntos respectivamente.

5) Los eventos como El Rodeo, Cúpira y Amuay, son una representación de la ineficiencia revolucionaria, pero la decisión de la oposición fue esquivar esos temas para no perder el foco de la campaña cara a cara que le ha sido exitosa. Quieren evitar riesgos de que Chávez logre convencer electores de que los ataques son oportunismo y necrofilia. Esta decisión conservadora tiene sentido si Capriles está en primera posición, de lo contrario es un desperdicio de oportunidades.

En dos semanas veremos si la evolución de la intención de voto ratifica o desecha las tesis de estos grupos que se debaten entre empate o triunfo abierto de la revolución.