Señores de Pluspetrol no exacerben los ánimos

Uno de los bienes más preciados que poseemos es el respeto de las reglas de juego para los inversionistas. Practicada en los últimos 22 años, a pesar que  por la Casa de Pizarro han habido cuatro gobernantes, continuando la tendencia con el inquilino actual, cuando todos lo imaginaban un rupturista del “establishment”.

En esta línea de actuación, hemos tenido un trato especial con la empresa argentina Pluspetrol. Engreída como una “major”, cuando estaba más cerca de una mype del sector hidrocarburos.

El primero en recibirlos fue el “Fujimorismo”, que les abrió la puerta, siendo laxo en las exigencias para que puedan participar en la licitación donde se otorgaba la licencia de explotación del yacimiento gasífero de Camisea. Luego, a la caída de Fujimori, el gobierno de Valentín Paniagua, les respetó el derecho que habían ganado en el proceso organizado por su antecesor. Lo más fácil hubiera sido desconocerlo a nombre de todos los cuestionamientos que se hacía en ese momento a la administración anterior.

 Durante el Toledismo, a los argentinos les tocó vivir el “corralito del sistema bancario” aplicado por la turbulencia política en su patria, a la caída de Fernando de la Rúa. En esta época se adelantó pagos para la construcción del gasoducto que transportaría el gas hacia Lima, obra sin la cual la producción en el lote no hubiera podido ser posible. Pero no solo eso, se les otorgó directamente el lote adyacente, Pagoreni, de donde se exporta a otras  latitudes, con un pago de muy baja cuantía para el estado peruano.

Alan García, les respetó el contrato de exportación que era materia de cuestionamientos, a costa de parte de su activo político y les solicitó unas concesiones mínimas, consistente en  precio preferencial para el sector vehicular y residencial.

Hoy, el “Humalismo” que pregonó en campaña un “no a la exportación a precio vil”, sigue la corriente de los demás y ante una discrepancia sobre el destino de las exportaciones, ha recurrido adecuadamente al CIADI.

Tanto respeto y consideración, no tiene retorno; cuando pretenden incrementar el precio del gas natural vehicular en 271%. Decisión inoportuna, les recomiendo no exacerben los ánimos innecesariamente, la tolerancia peruana no es ilimitada.