Todas las economías exitosas del mundo tienen una constante preocupación por identificar sus fortalezas y debilidades. De tal manera, tanto los Estados como los empresarios están en capacidad de adoptar las medidas correctivas necesarias o consolidar los logros obtenidos.
La competencia internacional es muy dinámica y requiere, por tanto, no congelar ni postergar las decisiones. Las correctas políticas públicas y empresariales se sustentan en la flexibilidad, la capacidad de reacción frente a nuevas situaciones y, además, en la definición de claros objetivos estratégicos.
Uno de los elementos que se puede tomar en cuenta para evaluar la situación de un país con criterio objetivo es el Reporte de Competitividad elaborado por el Foro Económico Mundial. Tal reporte puede tener algunas deficiencias metodológicas pero, más allá de sus limitaciones, es aceptado internacionalmente.
Con relación a la situación peruana tal informe contiene luces y sombras. Es decir áreas en las cuales se han registrado avances que son debidamente apreciados por los expertos internacionales y otras en que se observan manifiestas debilidades.
Creo que el diagnóstico de la realidad peruana y, por ende, los resultados presentados en el informe del Foro son correctos.
Lo positivo se encuentra en la estabilidad económica, el crecimiento y los avances en salud y educación primaria. En tales aspectos, el país mejora su presencia internacional.
Publicado el 18 de setiembre de 2012 en el diario La Razón.