El 20 de setiembre hizo ochenta y dos años de la fundación del APRA en Lima. Más exactamente del Partido Aprista Peruano, porque APRA son las siglas (Alianza Popular Revolucionaria Americana) de su estructura y versión Indoamericana. En diciembre de 1926, Haya de la Torre escribió en la revista inglesa The Labour Monthly un artículo titulado What’s the APRA?, definiéndolo como una organización de lucha antiimperialista en América Latina, por medio de un Frente Único internacional de trabajadores manuales e intelectuales con un programa común de acción política y que cuenta con cinco principios: 1. Acción contra el Imperialismo Yanqui; 2. Unidad Política de América Latina; 3. Nacionalización de tierras e industrias; 4. Internacionalización del Canal de Panamá; y 5. Solidaridad con los pueblos y clases oprimidas del mundo.
La doctrina aprista promueve la Justicia Social para superar las desigualdades; redime la Soberanía Nacional ante toda forma de influencia externa que signifique abuso y dominación. Sin Libertad y Democracia no son posibles el progreso y la justicia. Reivindicamos el Papel del Estado como regulador entre el capital y el trabajo y afirmamos que sin Integración los pueblos de América Latina no podrán solucionar el problema del desarrollo y la justicia.
Como se sabe, el aprismo fue un movimiento de pretensión continental. En estos años marcan grandes hitos no solo la fundación, sino, la candidatura presidencial de Víctor Raúl que representaba la cultura, la inteligencia y las masas democráticas contra la postulación de Sánchez Cerro, genocida nato, quien personificaba como diría Federico More, el régimen de la zoocracia y del canibalismo. Ahí están para testificarlo, los miles de apristas fusilados en Trujillo en julio de 1932, como represalia por el asalto hayista al cuartel O’Donovan en dicha ciudad. Pese a todo ese drama, a los veintiún años de clandestinidad, los aherrojamientos penitenciarios, exilios y singularmente el asilo de Haya de la Torre, durante cinco años en la Embajada de Colombia, el PAP se mantiene como una idea vigente y vigorosa en el Perú.
Hablando ucrónica y autocríticamente, lo que nos hizo daño fue apoyar al pradismo y no a Fernando Belaúnde Terry en 1956; ganador FBT, Víctor Raúl lo habría sucedido en 1962. Nos equivocamos de camino y se apoyó al nefasto Manuel Prado, que, derrocado, dio lugar a la dictadura militar octubrista y luego a la elección de Belaúnde, ya que fuimos despojados de nuestros votos en 1962 y pese a que se volvió al acto electoral al año siguiente, donde incrementamos nuestro volumen electoral, tuvimos un papel injustamente disminuido y en lugar de quedarnos en una solitaria oposición anti FBT, llegamos a un modus vivendi contranatura con el odriísmo, sin embargo, la vitalidad del partido del pueblo, la hizo evidente la elección y la reelección de Alan (1985 – 1990 y 2006 – 2011). Hoy día estamos reducidos a cuatro parlamentarios, pero eso no es el barómetro de nuestra fuerza. Es acefalía.
Publicado el 25 de setiembre de 2012 en el diario La Razón.