El autogol del Congreso (Parte II)

Lo grave de esto es que los 4 congresistas cuestionados (por la Comisión de Ética) no solo se burlaron y engañaron a sus electores maquillando sus declaraciones juradas, sino que además le mintieron al ente rector estatal del sistema democrático, el Jurado Nacional de Elecciones (JNE). Vaya osadía, pues para ser congresista se requiere, precisamente, de la aprobación de ambos. ¿Dónde han dejado sus valores morales?

Por otro lado, ¿qué es una declaración jurada de vida? Un documento, de valor legal, presentado por el candidato aspirante a un cargo público por elección popular en el que declara bajo juramento que la información anotada (datos personales, académicos, laborales, antecedentes penales, entre otros) es verídica y fidedigna. La importancia de este documento radica en hacer conocer al ciudadano el pasado del candidato y así poder emitir un voto informado. No por nada la JNE creó en su debido momento la página web www.votoinformado.pe.

El problema surge cuando el candidato desinforma en su declaración jurada de vida, a fin de mostrarse –ante el electorado– como una persona intachable y de impecable trayectoria profesional para ganar votos, y termina “estafando” a sus electores tras ser elegido. ¿El mentir no les permitió acaso que ahora estén donde están? Obviamente que sí. Un ejemplo, el congresista fujimorista, exproxeneta, del departamento de Pasco. De haber sabido el pueblo de Pasco el antecedente penal de dicho señor, no sólo otro hubiera sido elegido congresista, sino que otra habría sido su situación legal ante la nación.

Publicado el 28 de setiembre de 2012 en el diario La Razón.