Consumiendo Comunicación Política

José Cevasco Piedra, autor de estas líneas

Hablaba con una casi abogada sobre el comportamiento de los políticos, y lo escribo en términos generales, ya que usted, al igual que ella y yo, en algunos casos, estamos mecanizados en interpretar globalmente los gestos y el comportamiento público de los personajes de la política y de las instituciones.

Ella recordaba, además, cómo el expresidente Alan García, a pesar de haber tenido un primer gobierno deficiente, había logrado convencer al electorado y ganar una segunda elección. Me dijo, además, que creía que si decidiera postular nuevamente a la Presidencia, con toda seguridad ganaría. Me preguntó qué pensaba sobre ello y le respondí de la siguiente manera.
Las personas, hoy por hoy, nos hemos convertido en expertos en el análisis de la imagen. Los medios de comunicación, sobre todo la televisión, nos han enseñado a criticar el peso corporal, ropa y gestos de los artistas de televisión.

Si un político no toma en cuenta los "detalles" al ocupar por algunos segundos o minutos el espacio televisivo, simplemente está "muerto", porque en esos instantes está compitiendo con programas de alto rating, películas, realities y cantantes de moda.

Pero ello no es todo, le dije, porque, además de la imagen, debe estar pendiente del mensaje que hace llegar a los electores, que debe estar definido y tener un componente de emotividad, ya que esto último es lo que al final tendrá el peso que podría inclinar la balanza al momento en que el elector emita su simpatía o voto.

Claro, amigo lector, el éxito de un candidato de poder llegar a ganar una elección es la suma de actitudes y aptitudes, de imagen y mensajes, pero sobre todo de saber proyectar la percepción de ser un buen futuro gobernante y estadista.

Ojo que estamos hablando, aquí, de la persona como candidato, que no es lo mismo de hablar de la persona ya de gobernante. En este último caso, el gobernante tiene otros retos y actitudes que demostrar, pues no solo bastarán las palabras.

Tiene que ejecutar acciones que deben en gran medida ser de utilidad de los gobernados; el éxito estará en saber demostrar asuntos tangibles (obras) o acciones que de alguna manera mejoren la calidad de vida de las personas y aumenten la sensación de bienestar. Y si lo ha hecho, como en el caso del Dr. Alan García, hacer recordar, cada cierto tiempo, las obras logradas durante su gestión, para que la gente no se olvide.

¿Pero qué tiene que ver lo escrito con la pregunta de mi amiga casi abogada? Es muy fácil, porque ella ha sabido asimilar la conducta pública de un gobernante o político, que involucra, entre otros, los tips que he descrito en los párrafos anteriores, convirtiéndose en una consumidora de comunicación política.

Ojo que la comunicación política tiene que ver también con las instituciones, que al igual que las personas que gobiernan y las personas que pretenden gobernar, deben saber transmitir sensaciones de bienestar y trabajo, ya que las personas estamos la mayor parte del día consumiendo información, y las noticias que lleguen a leerse, oírse o verse, deben en lo posible transmitir felicidad y hacernos soñar, y no, como algunos creen, quitarnos el sueño.