ASPA y gana

Pese a que en el lapso de apenas cuatro años nuestro país ostenta el privilegio de ser anfitrión de tres citas mundiales de la más alta significación para la economía, el comercio y la integración global, temo que aún la mayoría de compatriotas no calibra su importancia, dedica poco interés a su curso y sólo alcanza a asociarlas con los feriados largos (o “días no laborales”, según la precisión del ministerio de Trabajo).

En efecto, casi todos deberíamos entender que estas experiencias no son episodios adjetivos al devenir de nuestra misma realidad y la construcción de su destino. Primero porque consolida un eje secuencial de acción política de varios gobiernos, segundo porque suscribe el buen momento del Perú en el escenario de naciones emergentes con gran ritmo de desarrollo y tercero porque genera vínculos extraordinarios para la etapa en que la crisis financiera internacional pase a ser una dolorosa remembranza de comienzos del siglo XXI.

En necesario recordar que la majadería (en ese caso, positiva) del presidente Alejandro Toledo para llevar adelante el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos – llave maestra de todos los otros acuerdos con las grandes potencias – gestó el empeño de disputar la sede de la V Cumbre de América Latina, el Caribe y la Unión Europea (ALC-UE) y la XVI cumbre del foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).

Éstas se materializaron en Lima entre los meses de mayo y noviembre del 2008, ya durante el gobierno de Alan García el cual hizo un despliegue extraordinario de organización y logística que dejó muy satisfechos a los visitantes. Ahora le corresponde a la administración de Ollanta Humala recibir a los jefes de Estado y de gobierno de América del Sur y Países Árabes (ASPA) en su tercer encuentro, el mismo que estuvo previsto para los meses finales de la gestión de García pero fue postergado por las revueltas del medio oriente.

ALC-UE y APEC de Lima acarrearon significativos avances para nuestro país. Por ejemplo, la inmediata implementación y creación del ministerio de Ambiente, un vacío clamoroso en la estructura del Poder Ejecutivo a 16 años de la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro donde diversas naciones sudamericanas (especialmente del área amazónica) percibieron la urgencia de adoptar políticas públicas contra la contaminación y el deterioro ecológico. También recibir por primera vez a la más alta autoridad de la poderosa República Popular China, Hu Jintao, preámbulo a la firma del TLC con el gigante asiático.

Ahora con ASPA no sólo tendremos en la capital a los líderes políticos sino también a los platudos (y extravagantes) inversionistas árabes cuya mirada hacia el subcontinente se ha convertido en un tema de implicancias diversas. Sin embargo y como dijo ayer Hernando de Soto en RPP, negociar con ellos es una de las experiencias más grandes del mundo pues son “flexibles, amables e informales”. Es decir, casi totalmente peruanos.

Parafraseando la publicidad de ciertos juegos de lotería, nos cabe decir: ASPA y gana. Ganemos todos poniéndonos a la altura de esta importante cita internacional.   

Columna Agenda Política - Expreso