Votando decidimos

Si hay algo patético, es escuchar a esos seres evadidos o habitantes de países donde existen tiranías hablar de su desesperanza ante la imposibilidad de cambiar realidades políticas, tragedias socioeconómicas, miedos convertidos en normas, violencia y odio como lenguaje; por eso, cuando aún podemos contar con el voto como arma contra el totalitarismo y como vía hacia la perfectibilidad de la Democracia sería de torpes perder ese derecho.

Derecho que cada venezolano aún tiene y que podrá ejercerlo este domingo 7 de octubre convirtiéndose así en protagonista de la historia republicana de este país nuestro que merece el concurso de todos para verlo desarrollarse, alcanzar paz, justicia, bien común. Derecho que debe estar sustentado en el respeto a los otros, a todos no importa cuán disimiles o cuán coincidentes con nuestras ideas sean... Respeto que ha de ser recíproco para que la concordia, ese abono indispensable para hacer grande a un país esté en cada rincón de nuestra geografía vestida de fiesta este domingo de democracia y participación.

Quizá no falten los agoreros, los sembradores de angustias, a esos opongamos aquello que con tanta lucidez dijo Winston Churchill para describir a los radiantes, a los que imaginan lo bueno aun cuando alguna bruma lo tapa, y también para detallar a los que niegan la posibilidad de la mejor cosecha, del mejor provecho cuando la mesa de la vida nos lo sirve... Dijo el gran estadista inglés: "Un optimista ve una oportunidad en toda calamidad, un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad".

Pasado mañana mis queridos lectores derrocharemos optimismo, orgullo de ser venezolanos y además demócratas y si alguien intenta quitarnos el arrojo con el que iremos a votar, recordemos al gran político británico y además Premio Nobel, que alertaba: "Un fanático es alguien que no puede cambiar de opinión y no quiere cambiar de tema... " y así ¿quién nos birla el derecho al libre sufragio? ese gran antídoto contra el fanatismo.