Hace 14 años

1998: se inauguraba la feria mundial de Lisboa, la guerrilla colombiana acribillaba a 60 soldados del ejército colombiano, Bill Gates era interpelado por el senado de Estados Unidos por acusaciones de prácticas monopólicas, el hundimiento del Titanic era galardonado en los premios de la Academia,  los Rolling Stones se presentaban por primera vez en Rusia, hubo elecciones para la presidencia de Venezuela.

Las alegrías y los dramas de la política, el terrorismo, la economía y el espectáculo hicieron que ese año pasara desapercibido un acontecimiento realmente trascendente: la fundación de la compañía Google Inc., creada por dos amigos, Larry Page y Sergey Brin,  que se conocieron en la Universidad de Stanford en 1995 y desarrollaron un motor de búsqueda (inicialmente llamado BackRub) que utilizaba enlaces para determinar la importancia de páginas web concretas. En muy corto tiempo se transformó en la herramienta más importante del planeta. Todo el mundo la usa a diario para el trabajo y el entretenimiento.

La misión de Google es "organizar la información del mundo y hacerla universalmente accesible y útil". Se ven a sí mismos como una compañía en la que el ser humano es lo más importante: "Las personas son lo que realmente hacen de Google la empresa que es", afirman. Se sienten orgullosos de que su cultura se focalice en la promoción un  espíritu de libertad y respeto a las ideas, a lo que le atribuyen el éxito que han logrado. Y es esto lo medular de la firma: han logrado su hazaña teniendo como premisa la libertad creadora del individuo. No hay un mandamás que ordena a su arbitrio y capricho, no hay uniformes, ni declaraciones de amor a los fundadores, no hay amenazas a las personas que piensan diferente, por el contrario, se estimula la discusión de ideas constructivas y el constante cuestionamiento a lo que hacen.

Hace 14 años, dos jóvenes a la cabeza de un equipo, con disciplina creatividad y confianza en el individuo y la libertad, lograron una verdadera transformación del mundo. En 1998 Saramago ganaba el premio Nobel de Literatura,  moría Frank Sinatra  y Fidel Castro -luego de 40 años de gobernar Cuba- era reelegido en un proceso electoral en el que fue candidato único. Siguió hundiendo a la isla en una farsa quimérica con pretensiones de cambiar el mundo que solo trajo un mar de miseria y vejaciones.