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Martes 16 de octubre 2012

Ser minoría

Por: Oscar Hernández Benalette.
Ser minoría
Foto: Referencial

Los venezolanos entendemos muchas cosas sobre este recién concluido proceso electoral. Tanto "vencedores", como "derrotados",  manejamos códigos que nos permiten digerir con prudencia los resultados.

Chávez ganó. No hay duda. Ganó para seguir gobernando y seguir estando en el poder, él y los suyos. Con los resultados en la mano y la tendencia, nos preguntamos, ¿será verdad que  el Gobierno ganó ganando o por el contrario ganó perdiendo? Capriles perdió, no logró su objetivo, pero es válido también preguntarse ¿no será que perdió ganando?

Evaluemos. Chávez ganó y no hubo emoción.  Sus partidarios parecían poco emocionados por la garantía de mantenerlo en el poder. Sus más  allegados estaban tranquilos y meditabundos. Era una fiesta pero no parecía tan buena. Fue corta y llena de sospechas. Será que ya  sabían que era imposible que ganara un Capriles sin  casi liderazgo nacional, con pocos recursos, que competía en una lucha desigual. Conocían que su campaña era formidable pero sus posibilidades eran limitadas. Un buen amigo, simpatizante del Gobierno me decía, "la verdad es que se nos va la mano". Capriles no tiene vida con el Comandante. Todos los recursos del Gobierno  están disponibles para el triunfo del Presidente. Se me ocurrió decirle, qué honestos, va a ganar con los reales de todos los venezolanos. En la economía se llamaría una competencia desleal. En el argot de la calle, puro abuso por parte del régimen.

La falta de escrúpulos funciona. La falta de controles por parte del CNE es una gran ventaja para el Gobierno y la falta de ciudadanía contribuye a que se abuse del poder y de los recursos del Estado  sin que  el pueblo  sea capaz de sancionar al infractor. El Gobierno usó todos los recursos disponibles para alcanzar su propósito, ante una parte del país,  aún ingenua que cree que los recibe del Estado, es una dádiva de Chávez y no una obligación de quienes han sido elegidos.

En la mayoría de los países democráticos  un gobierno tan ineficiente  como el actual y con tantos  hechos de corrupción y despilfarro tendría que haber sido ya electoralmente derrotado. Chávez, sin duda, tiene sus méritos como político pero si no fuera por esa chequera petrolera  no podría sostenerse. En el  plano electoral bien lo calificó algún titular de prensa,"Chequera mata galán". Algún lector se preguntará y la famosa conexión "afectiva" del pueblo con Chávez. Tengo mis serias sospechas.

Capriles, por su parte, cumplió un importante papel como líder de la oposición. Permitió confirmar que existe el otro país. No es cualquier cosa 6.5 millones de electores. Cuidado con el cuento de que solo es clase media.  En esos votos hay mucho pueblo, pero del exigente, que ha aprendido a interpretar y jugar un rol más protagónico en la democracia. No se sienten al servicio del Gobierno de turno. Capriles ayudó a muchos a  despertar. Se fajó y con pocos recursos provenientes de los bolsillos de muchos y no de las arcas de todos los venezolanos. Realizó una maravillosa campaña electoral que de contar  con más tiempo, dineros y  experiencia, hubiese puesto a correr a su contrincante como bien lo hizo en los últimos quince días de la campaña.

Por otra parte, Capriles actuó como  esperamos debe  actuar quien representó   a ese sector minoritario electoralmente. Con respeto, decencia, sin insultos para su contrincante, con honestidad y con capacidad de reconocer los méritos del gobierno cuando correspondió. Presentó  un proyecto y   lo más importante, nos ayudó a estar más unidos reflejando lo que es la aspiración  del resto del país que quiere  paz, progreso y respeto. Eso lo logró y por eso ganó.

Nada mal pertenecer a la minoría  de 6.5 cuando se actúa debidamente. La insatisfacción del 7-O  se recupera  el 16-D.

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