Uri Ben Schmuel, director del diario peruano La Razón, autor de estas líneas
“Tú firmas y además va tu foto, de modo que, si quieres, puedes decir que la Tierra es cuadrada y el Sol sale de noche”. Todos los columnistas de este diario darán fe que han escuchado esa frase de nuestra boca. Es una manera de dejar en claro que aquí practicamos el pluralismo y la libertad de expresión. También pueden certificar los columnistas que jamás censuramos alguno de sus envíos, ni los editamos. A lo sumo, pedimos que ellos mismos los recorten, solo si exceden el número de palabras estipulado. Lo que esas palabras expresen es cosa de ellos.
De modo que este periódico, lo decimos con orgullo, pone en práctica la famosa frase de Voltaire “no comparto tus ideas, pero defenderé tu derecho a expresarlas”. Somos, por ejemplo, el único medio que dio cabida en sus páginas a escritos de Antauro Humala, quien está en nuestra antípoda política.
Por eso –porque es fácil publicar algo que coincide con nuestra manera de pensar y difícil, en cambio, lo contrario–, creemos tener cierto derecho moral a protestar ante lo que sucede con el periodista Ricardo Sánchez Serra.
Sánchez Serra, quien también es columnista de este diario, es un ardoroso defensor en el Perú de la causa saharaui. Nosotros, en cambio, tras examinar el tema minuciosamente, consideramos que en este litigio le asiste la razón a Marruecos. Sin embargo, hemos respetado el punto de vista de Ricardo (vamos a llamarlo por su nombre de pila, porque es nuestro amigo de décadas). No solo en sus columnas; también dimos cabida a varias crónicas de viaje desde el territorio en disputa, que recogieron la versión saharaui.
Y, de igual manera, publicamos la posición de la diplomacia marroquí y de estudiosos peruanos que la apoyan.
Nos consideramos, pues, amigos de Marruecos. Pero, parafraseando a Ammonio, Amicus Marruecos sed magis amica veritas. Y la verdad, en este caso, es que Ricardo Sánchez Serra está siendo acosado por la embajada marroquí en Lima, que ha presionado a sucesivos empleadores para que lo despidan. Al menos con uno lo lograron; esperamos que con el actual no ocurra lo mismo, pese a que usaron como emisaria para presionar a una congresista que, por coincidencia, actualmente está de visita en Marruecos, como invitada oficial.
Reiteramos que, a nuestro juicio, Marruecos tiene la razón y la justicia de su lado y no esos sarahuis que Ricardo defiende con entusiasmo digno de mejor causa. Y justamente por eso, creemos que muy mal hace la embajada marroquí en Lima en perseguir y tratar de censurar a un periodista peruano.
Las ideas se combaten con ideas. A Ricardo Sánchez Serra le asiste todo el derecho de decir que la Tierra es cuadrada (o que los sarahuis tienen razón, que para nosotros es lo mismo). Y Marruecos tiene argumentos de sobra para refutar. Argumentos, no presión que se escuda tras la inmunidad diplomática. Flaco favor hace a la legítima causa marroquí una conducta que nos resulta intolerable. Es, para decirlo con todas sus letras, inaceptable injerencia extranjera en suelo peruano. Ojalá deje de comportarse así la embajada marroquí. Y, si no, que haga algo al respecto Torre Tagle.
Artículo publicado en el diario La Razón, el 22 de octubre de 2012