¡Abajo Capriles y la MUD!

Pareciera que el instinto escatológico se ha apoderado de la psiquis de algunos venezolanos. No habían transcurrido 48 horas de los comicios del 7 de octubre para que los pusilánimes pseudoeruditos de siempre, apostados en cómodos sillones frente sus computadoras, echaran mano de sus adiestradas auras ponzoñosas para expeler prosas venenosas, formateadas y hostiles, contra la MUD y dejar evidencia de su sapiencia política frente la ignorancia de los otros. Veamos: "la campaña era débil y estaba mal dirigida; el candidato de la MUD no arremetió lo suficiente contra el presidente; equivocó los términos del debate al referirse a los problemas locales de cada región y, lo fundamental, no confrontó ideológicamente al otro".

Nadie entiende porqué esos lúcidos cagatintas no recurrieron a su erudición antes el 7 de octubre y contactaron a Capriles para impregnarlo un poco de tanta sabiduría. Seguro le hubiesen advertido del grave peligro que significaba el plan inicial de visita casa por casa; de haber recorrido 300 pueblos en 3 meses; dejarse tocar por decenas de miles de personas que lo circundaban en cada gira; de consentir mítines multitudinarios; de referirse a los problemas locales de la gente; de desnudar las mentiras del presidente, etc. Estos sobrados eruditos le hubiesen dotado de una profusa literatura ideológica para debatir con el otro en alguna localidad populosa como, por ejemplo, Antímano donde el candidato socialista sacó el 76% de los votos. Si los habitantes de este sector hubiesen tenido la fortuna de presenciar un debate sobre la economía de mercado versus capitalismo, seguramente el resultado hubiese sido otro.

Es más cómodo alejarse al boleo de los escenarios álgidos del país que confrontarlos con ideas oportunas. ¿Por qué estos visionarios del pasado no se plantaron en su momento en el CNE para denunciar el grosero ventajismo del régimen? Tampoco emplazaron a Venevisión y Televen por su grosera inclinación en pro de Chávez. ¿No pertenecen esos enjuiciadores a una élite de opinión influyente? ¡Claro!, hoy es más fácil culpar a Capriles y la MUD endilgándoles todos los pecados. El público obtendría mayor claridad de lo sucedido en las elecciones de octubre si estos instruidos se tomasen la molestia de hablar sobre  lo heterogéneo y contradictorio de nuestro cuerpo social.

Esas élites sobrevaloradas por ellos mismos le hacen un grave daño al país pues se valen de síntomas aislados y prejuicios propios para exponerlos como única realidad. Intervienen como órganos de control esporádicos para espolear a los ingenuos e inducirlos a la pasividad permanente con sugestiones pesimistas. Debemos evitar que tengan éxito. Algunos frívolos de clase media que se inhibieron de votar una vez más, ahora deprimidos, se declaran abstencionistas para las elecciones regionales como testimonio de castigo hacia la MUD. Esa es la inequívoca vía hacia la autodestrucción. Seguramente que esos grupos le darán más relevancia a sus vacaciones decembrinas que al proceso electoral más importante del país cual es elegir a los gobernantes regionales.

Obtendríamos mayor claridad de nuestras relaciones mutuas si nos tomásemos la molestia de anotar durante algunos días con quién y en qué ocasiones tomamos contacto con los otros. Algo parecido debemos hacer respecto a las informaciones que nos llegan y las que nosotros mismos proporcionamos. Nos sorprendería observar lo contradictorio y heterogéneo de las mismas. Preferimos las pesquisas que se corresponden con nuestros prejuicios y se circunscriban a nuestros conceptos.

La MUD y Capriles hicieron enormes esfuerzos en una extraordinaria y difícil campaña electoral colmada de ventajismos y agresiones por parte de un régimen licencioso que se vale de todos los medios para irrumpir. Nos es culpando a la MUD y Capriles como se recupera la civilidad y el orden democrático perdido. La única herramienta de que disponen los demócratas es el voto y la ocasión es el 16 diciembre. ¿Votamos o le cedemos el país al colectivismo invasivo?