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Jueves 01 de noviembre 2012

Obama, Romney y Sandy

Por: Alfredo Toro Hardy.
Obama, Romney y Sandy
Foto: Referencial

A pocos días de las elecciones norteamericanas las encuestas presentan un virtual empate. No obstante lo anterior pareciera configurarse un escenario en el cual Romney sería favorito en el voto popular y Obama en el electoral. Siendo este último el voto que cuenta bien podría reproducirse un escenario similar al del 2000, cuando Gore ganó por dos millones de votos populares pero debió ceder ante el dominio del voto electoral por parte de Bush.

A todas luces se trata de un proceso complejo. Para comenzar, la fuerza expansiva (el célebre "momentum" al que hacen referencia los anglosajones) que había venido acompañando a Obama desde el comienzo de la campaña, se revirtió a favor de Romney a partir del primer debate presidencial. Desde entonces este último comenzó a descontar ventaja en las encuestas, apreciándose un crecimiento sostenido de su opción. Para suerte de Obama, sin embargo, su ventaja en algunos estados clave como Ohio le da una primera opción para alcanzar el número mágico de 270 votos electorales.

Lo anterior se materializa de la siguiente forma. Cada estado de la Unión tiene asignado un número de votos electorales en función del tamaño de su población. Quien gana un estado, aun cuando sea por un solo voto, se lleva la totalidad de los votos asignados al mismo. Ahora bien, hay estados que son claramente Demócratas y otros claramente Republicanos. Nueva York o California son coto Demócrata de la misma forma en que Texas o Alabama lo son Republicanos. Allí no hay sorpresa. Es por tanto en los estados que pueden irse de un lado u otro donde la elección se decide. Entre estos encontramos a algunos como Ohio, Virginia, Florida, Colorado, Wisconsin o Iowa. Desde luego no todos pesan lo mismo. Florida, por ejemplo, tiene 29 votos electorales mientras Iowa sólo 6. Es allí donde la matemática favorece ligeramente a Obama, quien domina en las encuestas de algunos estados clave.

Ahora bien, en una elección polarizada cada voto cuenta y no es lo mismo encuesta que voto depositado. Y la diferencia entre lo uno y lo otro depende de la capacidad de movilización de sus simpatizantes de la que disponga cada partido. El "momentum" de Romney no sólo se mide por la mayor capacidad para atraer a indecisos sino por la de movilizar a sus bases. Ello podría socavar las posibilidades de Obama de ganar en algunos estados clave y de prevalecer en la matemática del voto electoral.

La aparición inesperada de la tormenta Sandy introduce sin embargo una variable que podría determinar el curso de los acontecimientos. Sandy frustra la estrategia Obama de recaudar tantos votos anticipados como posible (en muchos estados se puede comenzar a votar antes del día de la elección), lo que le permitía movilizar a sus bases en un período más espaciado de tiempo. Pero a la vez puede parar en seco el "momentum" Romney. Sandy saca a Obama de la contienda y lo regresa a la Casa Blanca, lo que limita su tiempo de campaña pero le devuelve estatura presidencial. A la vez obliga a Romney a frenar las riendas y la agresividad de su campaña. Sandy podría poner el viento en las espaldas de uno y a contracorriente del otro. En una semana se sabrá.

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