Si pudiera, Chávez votaría por Romney

Hace unas semanas el presidente Obama recibió un inesperado respaldo por parte del presidente Chávez, quien declaró: "si yo fuera estadounidense, votaría por Obama, y yo creo que si Obama fuese de Barlovento votaría por Chávez". Esta declaración unilateral, recibió bastante atención mediática en la prensa EEUU y resultó, predeciblemente, ser dañina a la campaña de Obama; particularmente en Florida (Estado de crítica importancia electoral) donde la noticia terminó costándole una ventaja en las encuestas que aún no ha recuperado.

Algo me hace sospechar que este resultado era exactamente el que buscaba el presidente Chávez cuando decidió hacer las declaraciones, ya que pocas cosas beneficiarían tanto al régimen venezolano como una victoria electoral para Mitt Romney en las elecciones presidenciales EEUU que se llevaran a cabo la próxima semana.

Durante la última década "el Imperio" ha cumplido un propósito crítico para la estrategia gubernamental del régimen no como posible socio o amigo- sino por el contrario como un conveniente ogro con el cual asustar a la población. Convenciendo a muchos de aceptar cada vez mayores sacrificios y renunciar a muchas libertades bajo el cansado argumento que Chávez significa nuestra principal barrera de protección contra el gigante del Norte -sin el cual botas militares estadounidenses marcharían por la avenida Urdaneta tal como lo hicieron en Kabul o Bagdad.

Para el pueblo venezolano esta amenaza resultaba más creíble durante la administración de "Míster Danger" Bush, que durante la presidencia de Obama. El carácter particular del "Tejano Tóxico" se prestaba al conocido arquetipo del pérfido "gringo" que ha existido en Latinoamérica desde la época de guerras territoriales entre Estados Unidos y México durante el siglo XIX. Pero el presidente Obama, un hombre afroamericano con un nombre afromusulmán proveniente de clase trabajadora, no encaja para nada dentro de la imagen arquetípica de opresor.

Por eso, desde el 2008, el oficialismo se ha contorsionado cada vez más para preservar este necesario espectro de peligro externo. Muchos somos los venezolanos que hemos observado el mural que se encuentra en la autopista Caracas-La Guaira donde se muestra a un sonriente Barack Obama donde el lado izquierdo de su rostro, deja al descubierto, un esqueleto robótico que recuerda la franquicia "Terminator". La imagen se titula: "Juguete del Imperio: fácil de usar, totalmente manipulable". Este mural, que se ha mantenido ya por varios años, dice mucho del papel que el sentimiento antiestadounidense sigue desempeñando en el discurso político popular en la región y lo difícil que se les ha hecho reconciliar con eso a un presidente norteamericano al cual muchos pueblos latinos han tomado cariño.

Una victoria para Romney volvería a proveerle al Gobierno carta blanca para su mensaje rencoroso y alarmista a través de un estereotípico hijo de papá, heredero de una fortuna y cuyo partido se ha vinculado tradicionalmente con corrientes de discriminación racista, favoritismo de clase y una política exterior agresiva. Si el oficialismo vuelve a contar con una creíble amenaza norteña se le hará mucho más fácil transferir la culpa cuando las generosas promesas presidenciales que facilitaron victoria en el 7-0 no materialicen ya que dirán que la culpa es de la CIA o algún otro agitador imperialista y no por una falta de un gobierno con estrategias coherentes.

Desafortunadamente para el oficialismo, pese sus mejores esfuerzos, es poco probable que Mitt Romney salga victorioso en la elección presidencial de EEUU. Aunque a nivel nacional el voto popular parece estar bastante igualado, votos presidenciales en Estados Unidos se distribuyen en base de los estados individuales constituyentes a la unión. Por ejemplo si en California 51% de la población vota por Obama y 49% vota por Romney el valor total de la población estatal (aproximadamente 40 millones) se le daría a Obama -bajo la lógica que "California voto por Obama". Este sistema, que se estableció hace 250 años con el fin de proteger los derechos de estados menos poblados, a veces ha resultado en presidentes elegidos sin una mayoría del voto popular: Bush en el 2000, por ejemplo.

Obama aún parece tener el apoyo necesario para ganar a pesar de haber perdido su ventaja en Florida. Según el New York Times, existe alrededor de un 75% de probabilidad que el Presidente quede reelecto. Cuando esto suceda, no dudo que el oficialismo seguirá encontrando maneras creativas de trasmitirle a "el Imperio" una mayor responsabilidad por cada nueva catástrofe, escasez y crisis: las trágicas y predecibles consecuencias de una política incoherente.

Nota publicada en eluniversal.com