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REDES SOCIALES
Viernes 02 de noviembre 2012

Seguir avanzando

Por: Gerardo Blyde.
Seguir avanzando
Foto: Referencial

Cuando Chávez trata de justificar las comunas o dotarlas de algún basamento constitucional, se atraganta; lee algunos fragmentos, pero cuando vienen las partes de la Carta Magna que no le gustan, se detiene, se hace el loco y no sigue leyendo.

Hace poco, en una de sus apariciones en televisión, leyó el artículo 2 de la Constitución. "Venezuela se constituye en un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética... ". Pero se comió una frase del mismo artículo: la pluralidad política. También ignora el artículo 4, que habla del Estado federal y descentralizado.

El Presidente no debe andar muy conforme que digamos con nuestra Constitución actual. Quiso reformarla en 2007, justo después de ser reelegido. Lanzó una avanzada de su proyecto ideológico que se llevó a RCTV a su paso. Pero ese intento de radicalización fue contenido con la participación popular. La gente le dio un "parao" con su voto y la reforma fue rechazada.

Hoy, luego de una nueva reelección, el Presidente apura el paso en su tarea de arrasar con las instituciones democráticas y constitucionales e instaurar el "Estado socialista". Quiere las comunas para ya. Mediante Ley Habilitante, aprobaron un instrumento que intenta darle marco jurídico, pero siguen siendo inconstitucional, pues cambian la manera como los ciudadanos eligen a sus representantes. Ya no será mediante el voto universal, directo y secreto, sino de forma asamblearia. Además, usurpan las competencias que nuestra Ley Fundamental otorga a Gobernadores, Consejos Legislativos, Concejos Municipales y Alcaldes.

Quieren marear al ciudadano con mentiras. Aseguran que esta nueva forma de organización vecinal servirá para acercar el poder al pueblo, pero no es verdad. Toda comunidad que quiera conformarse en comuna deberá pasar por el filtro del Ministerio de Comunas, léase, por el Gobierno Nacional. Entonces, no son ni plurales ni descentralizadas, sino centralistas y rojas rojitas.

Este destructivo escenario puede ser frenado únicamente con la participación masiva de quienes no creemos en este proyecto. Hay que votar, contra todos los obstáculos, para reflejar la existencia de una mayoría que tal vez quiere al Presidente, pero que rechaza contundentemente la instalación un Estado comunista en Venezuela.

De nada sirve quedarnos en casa lamentándonos por lo que pudo ser y no fue. A esto apelará el chavismo, a nuestra tristeza, divergencias y dudas. Pero no votar significaría entregarle en bandeja de plata al Presidente todos los espacios de lucha que hemos conquistado con la unidad y la participación.

En 2004, Miranda perdió a un buen gobernador. Enrique Mendoza no logró la reelección porque, a pesar de su excelente gestión, empezó a nacer aquella idea errada de que la abstención podía ser usada como arma contra quienes adversamos y, a veces, como castigo a quienes apoyamos.

Luego, en 2005, entregamos la Asamblea Nacional al Gobierno con la decisión de no participar para "deslegitimar" el proceso. Algunos aseguraban que el mundo se percataría de lo que pasa en Venezuela y el Parlamento no podría funcionar. No fue así.

En 2006 dimos los primeros pasos para recuperar la lucha democrática, con la candidatura presidencial de Manuel Rosales. No obtuvimos el triunfo, pero esa decisión nos llevó en 2008 a conquistar las principales Gobernaciones y Alcaldías y luego, en 2010, a recuperar nuestra representación en la AN.

El 7-O no ganamos como queríamos. Es cierto. Pero lejos de retroceder, avanzamos. Aunque suene a consuelo, no podemos olvidar que somos la mitad del país, venezolanos firmes que no vamos a permitir que nos quiten nuestros logros y estamos empeñados en crecer y sumar.

Tuvimos un candidato excepcional. Capriles recorrió el país llevando un mensaje de unidad y progreso. Además, es un lujo como gobernador de Miranda. No estamos dispuestos a perderlo. Capriles es un gigante y Miranda se merece un gigante, así como Zulia merece a Pablo Pérez y así todos los estados donde gobierna la unidad, que responde al pueblo y no a Miraflores.

El 16-D tenemos la oportunidad de seguir avanzando, consolidar nuestros espacios, convencer a nuestros vecinos. La lucha es participando, movilizando y votando con fuerza, en defensa de la descentralización y por la creación de un dique, un muro de contención para detener las nuevas pretensiones comunistas.

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