Damasco.- El jefe de Estado de Siria, Bashar Al Assad, negó que tenga pensado abandonar su territorio, como gran parte de los medios internacionales señala, culpando de este rumor a la “presión internacional” que calcula que con su dimisión, las aguas volverán a calmarse en su país.
“No soy títere de Occidente para irme al Oeste o a algún otro lugar. Yo soy sirio, crecí en Siria, y debo vivir y morir en Siria”, enfatizó la cabeza del Estado asiático al medio Russia Today.
Asimismo, Al Assad calcula que las “potencias occidentales” no ejecutarán una intervención militar de forma directa sobre su régimen.
“Creo que el precio de una intervención, si llegase a suceder, sería inaccesible para el mundo. Siria es el último bastión del laicismo, la estabilidad y la convivencia pacífica en la región”, sostuvo.
Además, la autoridad advirtió que si estalla una guerra en su nación, esta se extendería en todos los países, “desde el Atlántico hasta el Pacífico y al mundo entero”.