Votar o no votar: ¿deber o malcriadez?

La malcriadez es propia de gente mal educada, descomedida e incivil. Nada más desagradable que un muchacho malcriado, pero en estado adulto es peor aún. Tanto el hogar como la sociedad han cometido sus errores al no educar cívica, ciudadana y democráticamente.

"Yo no voy a votar en diciembre" se ha transformado en un comodín  que no resuelve  los problemas del país. Oírlo molesta y preocupa a la vez, sobre todo cuando los actores pronunciantes han transitado la vida democrática y se han beneficiado de las oportunidades de estudio y de crecimiento que este país ha brindado. Esta conducta es lo más parecido a una malacrianza.

Dos son los argumentos esgrimidos: el país se dirige hacia el comunismo; yo no voy a legitimar con mi voto al CNE. El destino del país está claro desde hace 14  años, tiempo en el cual HCF ha venido ejecutando su proyecto personalista, ayudado por quienes en 1998 le dieron su voto, algunos de los cuales hoy reniegan del voto. Dudar que los poderes públicos están secuestrados, CNE incluido, sería miope. Pero también es cierto que parte importante de la sociedad venezolana le dio un cheque en blanco a HCF cuando no acudió a las elecciones legislativas.

No obstante lo anterior, ¿por qué HCF aún no ha logrado lo que busca? Muy sencillo, porque a pesar del control que él cree tener sobre el país, aún no lo tiene todo, hay barreras que tienen nombre, apellido y se pueden contar: más de 6 millones de venezolanos.

HCF se ha trazado una estrategia calculada, detrás de la cual están,  Fidel Castro  y su operador político vernáculo, JVR. Ambos le han dicho que mientras no logre destruir a ese bloque opositor, no se podrá adueñar del país y eso lo tiene que lograr antes de que se agote la fuente madre de su proceso, el precio del petróleo, y antes de que la incompetencia socialista destruya su proyecto. Por cierto, no duden que detrás de Didalco Bolívar, Juan Carlos Caldera y Ricardo Sánchez este JVR.

Hay diferentes maneras de contribuir con HCF, una de ellas es actuar injusta e inequitativamente con nuestros empleados, clientes, familiares, amigos o ciudadanos. Al hacerlo, contribuimos con argumentos sólidos para que, quienes olvidan el bien pero que jamás olvidan el mal, guarden en su corazón la espina que el comandante ayudará a sacar.

Le pregunto a quienes dudan del voto, ¿tiene sentido comprarse un carro nuevo si los ladrones de autos no han desaparecido? La decisión del propietario es comprar una póliza y colocar todos los adminículos de seguridad que le harán la tarea más difícil al delincuente, el cual frente a dos carros con diferencial de seguridad, se inclinara por aquel que le dé menos trabajo.

Exactamente eso es lo que pretende HCF, poner a esa ingente cantidad de venezolanos en la disyuntiva de continuar o no votando habida cuenta que tales votos no tienen sentido en la medida que el continúe ganando. Es decir, no ir a votar es hacerle el trabajo más fácil a HCF.

De lo que se trata es de construir muros de contención, siempre que en su confección no se  utilicen la abstención, el éxodo del país, las tribunas comunicacionales irreflexivas, el prestigio de algunos opinadores acomodaticios, la penosa y lamentable comodidad del exilio.

Una nueva manera de hacer política supone reflexionar sobre los errores del pasado para no repetirlos: dejar el espacio libre; votar por un golpista; negociar los principios; pensar y actuar en términos cortoplacistas.