¿Y las relaciones con Brasil?

Existe la percepción, no negada, que se ha resquebrajado las relaciones peruano-brasileñas.

¿El motivo? El desistimiento por parte del Perú de comprar 10 aviones Súper Tucano, Embraer KC-390, tan anunciados por los ministerios de Defensa de ambos países, que reforzaría el patrullaje de la frontera selvática, acuerdo que habría sido prácticamente cerrado. Asimismo, se había conversado con los brasileños la compra de aviones de transporte KC 390, todo el paquete por 150 millones de dólares y que podría suponer –sin seguridad- una transferencia de tecnología, y vehículos blindados Guaraní.

Pero, el gobierno del presidente Ollanta Humala cambió de opinión y prefirió la compra de 20 aviones surcoreanos KT-1, por 200 millones de dólares, con transferencia de tecnología y en el futuro ser fabricante y exportador. Si bien son beneficiosos, los acuerdos se han paralizado por la contrapropuesta peruana de adquirirlos a plazos, lo que supondría un precio mucho más elevado.

Al margen de ello, intranquiliza las relaciones con nuestro vecino, que costó mucho construir, después de más de un siglo de encontrarnos de espaldas. Brasil cumplió su parte. Firma de grandes acuerdos comerciales. Triplicación de exportaciones en los últimos años. Numerosas empresas (más de 40) de ese país han venido a invertir o han multiplicado sus negocios, por cinco mil millones de dólares. Cabe destacar la presencia de Petrobras, Votorantim Metais, Odebrecht, Camil Alimentos, entre otras.

Preocupante es la cancelación en dos oportunidades de la visita oficial de la presidente Dilma Rousseff y la agenda pendiente (megapuerto de Yurimaguas, ferrocarriles, puertos). La Cancillería deberá redoblar sus esfuerzos para encaminar las relaciones.

Publicado en el diario La Razón, de Lima-Perú, el 14 de noviembre de 2012

*Periodista. Miembro de la Prensa Extranjera. Analista internacional.