Así como en el áspero debate acerca de la supuesta “falta ética” de Javier Diez Canseco por haber planteado modificaciones legales a la situación de las llamadas “acciones de inversión”, cuando años más tarde su hija compraría algunas de esas acciones como factor de ahorro, se ha obviado totalmente el interés de cientos de miles de personas que por su condición de extrabajadores o por haber adquirido de ellos estos documentos o finalmente (lo que es el hecho mayoritario) por tener sus fondos de pensiones en AFP que invierten en bolsa precisamente en estos documentos (actualmente hay 2,560 millones de soles de las AFP en este tipo de valores); de igual modo los denunciantes que hablan de “conflicto de interés”, no quieren ver los reales problemas que atraviesan el aparentemente muy libre mercado de los valores bursátiles.
No se oye padre, es como reacciona la gran prensa cuando se le recuerda que el famoso caso de la venta de las cervecerías peruanas se pagó casi tres a uno a precios de mercado cada acción común (que otorga control de la empresa) y menos de uno las acciones de inversión, principalmente de las AFP, con fuertes ganancias en el primer caso para los grupos Bentín, Brescia, Romero, que eran los vendedores, y pérdidas líquidas para el segundo caso, a cuenta de los dineros confiados a las AFP que por curiosa coincidencia también son de propiedad de los mismos grupos económicos, cuyos ingresos en AFP no son afectados por lo que ganen o pierdan los ahorristas que siempre pagan la obligada comisión. Sin duda para Bavaria o Sab Miller que adquirieron las acciones de la cervecería lo interesante era hacerse de las acciones que le dieran control del directorio y las gerencias. Esa es una parte de la historia.
¿Por qué los inversionistas principales no insistieron en una venta asociada de las acciones con derecho a voz y voto, con las que carecían de estos derechos pero eran parte del valor total de la empresa? Obviamente porque no les convenía.
Para apoderarse de Backus bastaba un tipo de acción y el precio alto era una manera de eliminar competidores, que fue lo que se llamó la guerra de las cervezas y que remató cuando los sudafricanos se hicieron de las acciones que previamente habían concentrado los Colombianos. Recién ahí cobró alguna importancia lo que podía pasar con las acciones de inversión.
Pero así como el mercado pagaba 33 soles por acción común y los compradores rompieron ofreciendo más de 77; de igual manera los estudios situaban a las acciones de inversión entre 3.49 y 6.17 soles, pero se pagó 2.47 soles, demostrando el lado por el que se rompe la soga en estas transacciones.
Justamente para contrarrestar este efecto especulativo existió una ley que aprobó el Congreso –antes de la venta de las acciones- que obligaba a que en procesos de venta de acciones de inversión se protegiese el interés de los titulares, normalmente dispersos y minoritarios, mediante el mecanismo de valorización independiente de estos documentos.
Esta iniciativa fue vetada en el Ejecutivo, que por entonces tenía como primer ministro a PPK y ministro de Economía a Fernando Zavala, y regresada al Congreso en el preciso momento en que se vendían las acciones de inversión de Backus en los desventajosos términos señalados.
Lo mejor vino después: PPK fue nombrado miembro del directorio de Backus al dejar el gobierno y Zavala gerente de la compañía. ¿Vamos a hablar de conflictos de intereses? (Con información del diario La Primera).