Venezuela no aguanta indefiniciones

De vez en cuando discuto con un amigo sobre diferentes temas. Mi amigo es muy activo políticamente y cree, como debe ser, fervientemente en la conciliación como método de acercar las partes en conflicto, por supuesto que al igual que aquellos que bajo la bandera de "independiente" se abstienen de participar en elecciones o lo hacen condicionados a un sinnúmero de planteamientos, válidos o no.

Recientemente tuvimos un nuevo intercambio sobre el tema de los "independientes", y mi amigo defiende a ultranza la noción de que hay que convencer con argumentos a aquellos que funcionan políticamente desde la indefinición.

Yo por el contrario defiendo la idea de que ser independiente es un derecho para aquellos que no tienen filiación política o ideológica.

El problema ante ambas posiciones es que la primera, en mi opinión, tiende a pensar a que el "independiente" es una masa uniforme, como entrecomillas era antes en Venezuela, o en cualquier democracia medianamente normal y operativa. Sin embargo, no lo es.

Pienso que los "independientes" hoy en Venezuela son un grupo heterogéneo, pero no por el rasero clásico, pero ni de lejos. Obviamente es un grupo muy heterogéneo, que incluye a personas de todas las tendencias e ideologías políticas, a exmilitantes de partidos políticos, profesiones, religiones, etc.

Le digo a mi amigo que soy independiente, lo cual significa que no milito en ningún partido político, y es más no profeso ideología política alguna. Y aún más, nunca pertenecí a un partido político, ni por curiosidad, y ni siquiera cuando era joven y usualmente se toman decisiones de las cuales nos arrepentimos luego o simplemente por jóvenes no sabíamos lo que  hacíamos. No se entienda que pienso que no se debe militar en partidos, sino que simplemente no lo he hecho.

Mi amigo defiende la idea de que hay que hacer concesiones a la hora de valorar a los "independientes" porque nos interesan electoralmente. Por supuesto que pienso lo contrario, y baso mi argumento en el hecho de que ese gran grupo de "independientes" venezolanos, verdaderamente no lo son. ¿Por qué? Porque no obedecen a su conciencia. Más bien son un grupo que se mueve a muchos ritmos, que deletrean intereses que por muy personales pecan de mezquinos. Y no me entienda mal, todos, absolutamente todos tenemos intereses. Pero me refiero a los intereses subalternos, aquellos alejados de la responsabilidad y deber ciudadanos y que los anteponemos para favorecernos personalmente.

Le he dicho a mi amigo que yo no tengo simpatías para con ese grupo de venezolanos que desde la comodidad, el miedo, la racionalización de su posición, tratan de justificar lo injustificable. Tampoco creo en que debo favorecer posiciones con fines electorales. Para mí es un asunto de responsabilidad ciudadana para con el país. La gravedad de lo que vivimos en Venezuela y los peligros que corremos no acepta indefiniciones. La humanidad está llena de ejemplos en los cuales los pueblos deben vivir para siempre con sus vergüenzas como las tantas de la Europa de la II Guerra Mundial. La de Francia fue una de ellas.