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Lunes 03 de diciembre 2012

Seguir el ejemplo de las campeonas de vóley

Por: Billy Crisanto Seminario
Seguir el ejemplo de las campeonas de vóley
Foto: Difusión

Billy Crisanto Seminario, autor de estas líneas


El logro del Campeonato Sudamericano de vóley de menores puede trascender  el ámbito deportivo, si lo asumimos como un ejemplo, donde las mentalidades y las actitudes triunfadoras son determinantes para alcanzar el éxito. Se trata de formarse una mística que anteponga los intereses nacionales a los  particulares. Esto ha sido sólidamente interiorizado por un grupo de jovencitas y por su comando técnico encabezado por Natalia Málaga.   Quizá (y duele decirlo) los sucesivos fracasos de nuestro seleccionado de futbol sean el reverso de la moneda. Con una dirigencia entornillada en el poder por un afán económico, y con jugadores que sólo brillan en el  extranjero (pues allá ganan más, pero también les exigen más), y que vienen a nuestro país a divertirse.

Es posible que estemos sobreestimando el triunfo de nuestras voleibolistas. Sin embargo, en medio de notorios escándalos de corrupción política, de sangrientas páginas policiales, de la agitación social que acapara el interés  del país;  es alentador constatar que no todo es negativo. Que de vez en cuando, muestras de entrega y de amor a la patria, nos recuerdan que existen peruanos y peruanas que no necesitan premios ni retribuciones para poner todo su esfuerzo y entusiasmo para dejar bien puesto el nombre del país.
Entonces se trata en un meritorio ejemplo, en medio de un país donde nada es suficiente para lograr el bienestar de todos los peruanos. Pero también en un país donde demandamos todo de parte del Estado, sin estar dispuestos a exigirnos para mejorar la calidad de nuestro desempeño. Estas deficiencias son notorias en el sector público,  donde la excesiva burocracia (engrosada por cada nuevo gobierno) vuelve engorrosa y lenta cualquier gestión. Sin embargo no sólo es el aparato burocrático el que muestra un rendimiento que contrasta enormemente con nuestras campeonas de vóley.

Un ejemplo nos ayudará a graficar esta actitud resignada y derrotista que impera en sectores claves para nuestro desarrollo. Si contrastamos  la mentalidad que ha llevado a nuestras seleccionadas hacia el triunfo; con la mentalidad, por ejemplo, de los responsables del sistema educativo  veremos lo siguiente. De un lado: dirigentes deportivos que hacen de la eficiencia, de la perseverancia y de la honestidad sus estilos de trabajo. Del otro lado autoridades y funcionarios que, lejos de apostar por la educación como el motor más eficaz para enrumbarnos hacia el desarrollo, entorpecen y boicotean todo afán de cambio.

En el eslabón siguiente vendría a ser el cuerpo técnico de nuestras campeonas. Aquí el triunfo (sin exigir nada a cambio) es el principal objetivo que mueve las decisiones y acciones. Se da por descontado que la preparación y el dominio de las últimas técnicas y estrategias de juego, es indispensable para lograr la eficiencia. El estamento correspondiente en el  sistema educativo sería el magisterio público, donde los docentes se desempeñarían como los entrenadores de nuestros estudiantes. En este sector encontramos entusiastas maestros, preocupados por su constante superación, pero lamentablemente no son mayoría. También encontramos docentes con un injustificable conformismo, para quienes capacitarse no es su principal preocupación. Con este tipo de “entrenadores”, no lograremos precisamente alumnos triunfadores.

El paralelo propuesto no estaría completo sino comparamos a las jóvenes deportistas por un lado, y a los estudiantes por el otro. Ambos atraviesan aquella etapa donde la influencia de los adultos encargados de guiarlos es fundamental para formar actitudes de éxito. Está claro que en ambos casos el apoyo del entorno familiar es determinante para su formación, pero no basta con éste,  se necesita la preparación permanente a cargo de un buen entrenador o entrenadora. En el trabajo de éstos es fundamental la motivación que despierte en sus pupilas y pupilos el entusiasmo, para que respondan entregando su mayor esfuerzo.

Entonces son dos los atributos claves que deben poseer los entrenadores, instructores, o docentes, según sea el caso. En primer lugar saber motivar a los jóvenes para que logren sus metas; y en segundo lugar los conocimientos, estrategias y capacidades que deben transferir a sus pupilos. Los caminos pueden ser varios, pero lo fundamental son los logros. Quizá, las victorias para un estudiante trascienden los escenarios deportivos y los premios. El egresado de educación básica debe triunfar en la vida. Se trata de ser exitoso en los diferentes planos de la realidad. Debe ser un competente profesional, un eficiente trabajador, un ejemplar esposo y padre de familia, y sobre todo  un ciudadano con plena práctica de valores. Expresarlo de esta forma parece utópico, pero igual de utópico era para las chicas del vóley ganarle a Brasil y lograr el campeonato sudamericano. Finalmente se trata de actitud y de mentalidad ganadora.

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