[Colombia] De cayos, fallos y playas

Nada de lo que ha ocurrido es nuevo ni debe sorprender. En nuestra historia, los gobiernos y los congresos de la República de Colombia han sido centralistas y siempre han estado de espaldas al mar a pesar de tener miles de kilómetros de los Océanos Atlántico o Mar Caribe y el Pacífico. Meses antes de la separación de Panamá en 1903 el Congreso de Colombia rechazó una propuesta respetuosa hecha por los Estados Unidos para construir un canal en Panamá que uniera los dos Océanos y ocurrió la independencia y separación de Panamá un 3 de noviembre de 1903 siendo gobernante de Colombia José Manuel Marroquín quien dijo muy campante “de que se quejan me entregaron un país y devuelvo dos” refiriéndose a la pérdida de Panamá.

En el interior nunca han medido las valiosas riquezas que contienen los dos océanos en pesca, corales y la posibilidad de hidrocarburos en el subsuelo de la plataforma submarina. Colombia debería tener un Ministerio del Mar, creando o facilitando la creación de importantes empresas de pesca, procesadoras de pescado y celebrar convenios con empresas multinacionales para la exploración y explotación de los recursos naturales que existen en nuestros mares.

Los fallos de la Corte Internacional de La Haya deben ser en derecho, es decir, que la Corte debió tener en cuenta en su fallo, el respeto a las Constituciones o Tratados Internacionales vigentes como el de Esquerra-Bárcenas y del meridiano 82.

El pasado miércoles el presidente Juan Manuel Santos tomó la decisión acertada y por principios de retirarse del Pacto de Bogotá y en consecuencia debe desacatar ese fallo por violación de los derechos territoriales y constitucionales y de esta manera dar un manejo diplomático a la situación dentro del marco de la solución pacífica de conflictos.

Parece que Colombia descuidó las gestiones y movimientos que se debieron hacer en torno a los Magistrados de la Corte Internacional de la Haya y Nicaragua no se durmió en laureles e hizo todos los movimientos necesarios para que el fallo saliera supuestamente salomónico reconociendo la soberanía de nosotros sobre los cayos de Roncador, Quitasueños, Serrana, Serranilla y Dunkerque y concediéndole a Nicaragua 75.000 kilómetros de nuestro mar territorial, desconociendo la soberanía colombiana sobre esa amplia zona del mar Caribe.

El departamento de San Andrés – que siempre ha estado abandonado por los gobiernos centralistas del Interior – ahora va a necesitar un apoyo adicional extraordinario para que su gente no sólo continúen sus tradicionales y artesanales pesca en la zona, sino que se le dé a ese departamento la atención que se merece, como perteneciente a Colombia como uno de los sitios con las playas más bellas de este país, sino que también se garantice la calidad de vida y la prosperidad de sus gentes.

Repito el fallo de la Corte Internacional de la Haya debe ser desacatado por Colombia por principios. Muchos países poderosos y no poderosos lo han hecho y ha tenido consecuencias positivas. Es la dignidad de la patria la que está en juego.

Y hablando de playas acá en Cartagena estamos viviendo un desastre en el manejo de ellas, no sólo por su desaseo y pésimos servicios, sino que son tierra de nadie en donde los turistas y bañistas locales no pueden descansar tranquilos, por cuanto los vendedores de frutas, cremas, gorras, gafas, licores, vallenatos, masajes y un largo etcétera, son acosadores y todo para garantizar el derecho que tienen todas las personas para circular libremente por ellas.

* Escritor y Abogado

Nota publicada en eluniversal.com.co