Sábado 04 de mayo 2024 | Contáctenos
El país en su conjunto vive problemas especialmente graves, que para su tratamiento requieren de gente experimentada y evitar las improvisaciones a la espera de algún milagro que trajera luz a quien no puede ver los conflictos con claridad, pues el nombramiento de un improvisado es el primer obstáculo a resolver.
Las opiniones de algunas personas dedicadas al análisis de las decisiones tomadas por los presidentes de la República, coinciden en la relación del presidente Peña Nieto, con políticos cuya vida ha sido rica en enfrentamientos exitosos a problemas políticos y sociales.
Por eso, se acepta sin mayores discusiones la presencia de Miguel Ángel Osorio Chong, como encargado de la Secretaría que habrá de conocer las condiciones en las que se darán las relaciones entre los tres niveles de gobierno, de tal manera que de su armonía dependan medidas exitosas y se eviten conflictos derivados de la falta de trabajo político, para reencausar las relaciones armoniosas entre quienes estén al frente del gobierno, sin importar el rango ni las condiciones políticas o económicas que estén implicadas en el problema.
Uno de los problemas que han alejado a importantes sectores de la población de las autoridades legítimamente constituidas, es la falta de oficio de los responsables de hacer que las leyes se cumplan sin excepción, comenzando por el apego de la conducta propia a la normatividad vigente.
No se debe gobernar con criterio burocrático o empresarial, pues el titular de la función pública, deberá estar dispuesto a dedicar el tiempo suficiente para resolver los problemas sociales y jamás dejar inconclusa una tarea, argumentando que concluyó la jornada laboral o pretextando haber llegado el tiempo para disfrutar vacaciones programadas; tampoco llegar al desempeño de la función pública, pensando en la abundancia económica que traerán consigo el otorgamiento de concesiones o licencias para socios o familiares.
Quienes tengan vocación exclusivamente burocrática deberán ser apartados del ejercicio del poder en donde sus resoluciones tengan que ver con la democracia o la justicia social; y, propiciar el arribo de gentes con amplia conciencia de solidaridad y capacidad para conducirse con empatía.
La solidaridad social no se practica como consecuencias de asistir a cursos, seminarios o doctorados, sino por vocación adquirida desde temprana edad en donde se aprenden y practican conductas que, movidas por el sufrimiento, inclinan a tomar medidas para remediar el dolor ajeno.
El nepotismo deberá desterrarse de la conducta de la clase política y adoptar la ética juarista que recomienda vivir en la honrada medianía que proporcione al servidor público, la remuneración que la ley le señale.
Hay muchas formas en las que el servidor público, alimentado por la ética del neo liberalismo, no solamente abusa del poder, sino que delinque, a juicio de los principios éticos que tipifican conductas como delitos. El robo, el fraude, el abuso de confianza, el encubrimiento y la complicidad por acción u omisión, son conductas que practicadas en las más altas esferas del gobierno arruinan la vida de millones de gentes y quedan impunes y frecuentemente premiadas con el poder y la gloria.
Desde la impunidad ante conductas delictuosas no tipificadas como delitos, se carece de autoridad moral para hacer cumplir la ley.
Por lo pronto Peña Nieto, ofrece un conjunto de ciudadanos experimentados en el ejercicio de la cosa pública, con capacidad y compromiso con el proyecto político que encabeza. Fortalecer al gobierno en sus elevados fines es obligación de todo ciudadano.
Los problemas del país son esencialmente económicos, cuando el pueblo tenga acceso a casa, vestido, salud y alimentación, la inseguridad reducirá sus índices. Cada uno tenemos una tarea que cumplir con el país, hagámoslo conscientes de lo que implica nuestra responsabilidad ciudadana.
Nota publicada en correo-gto.com.mx
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