Faltó "Compoderar" en el consejo de Lima

Desde que inició su gestión municipal, la señora Susana Villarán siempre tuvo conflictos. Fueron permanentes las denuncias públicas de la oposición a su administración edilicia. Muchos de estos reclamos fueron fundados. También se puso de manifiesto la poca destreza política de la mayoría oficialista para capear el temporal. Esto sin duda le generó inestabilidad política no solamente a Villarán, sino a todo el concejo municipal, al punto que se han superado las 400. 000 firmas para revocar, no solo a la alcaldesa, sino también a todos sus regidores, incluidos a los de la oposición. Los promotores de la revocación quieren que se vayan todos.

Las apariencias nos dicen que los denunciantes y denunciados nunca pudieron arribar a ningún acuerdo político para permanecer y administrar el poder, a pesar de que ahora es el principal argumento que esgrimen los voceros de la campaña por el No, pues nos dicen que Lima parará si los revocan. Esta situación es insólita y muy grave, pues es la primera vez que se hace un proceso de revocación en la capital de la República y en una capital de departamento también.

Esta crisis política me hizo recordar al primer período presidencial de Fernando Belaunde (1963-1968), en el que casi diariamente, la oposición censuraba a sus ministros. Tanto golpearon al acciopopulista que los militares terminaron derrocándolo. Las Fuerzas Armadas se justificaron en el desgobierno imperante. Sacaron a Belaunde y a la oposición también. Todos perdieron.

Los cargos de alcalde y regidor son eminentemente políticos y obligan en muchas ocasiones a saberse manejar adecuadamente en el tiempo y el espacio. Los miembros del concejo municipal tuvieron que tomar decisiones consensuadas para compartir el poder. A eso se le llama ‘compoderar’ (el término es mío).

La alcaldesa Villarán tuvo que liderar el ‘compoderamiento’ en el Concejo de Lima. Es decir, dirigir un proceso en el que permanentemente se adoptan acuerdos que buscan el equilibrio de poder y que se caracteriza por la cooperación y entendimiento mutuo entre los tomadores de decisiones.

El poder existe y hay que ejercerlo. Sin embargo, para permanecer en él se deben realizar acciones estratégicas y muy bien calculadas. Veremos qué pasa con la consulta del 17 de marzo. El pueblo decidirá.

Artículo publicado en el diario El Comercio